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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Medicina

Ética del Ejercicio Profesional

Dr. Jair García Guerrero

“La ética en la práctica de la psiquiatría”

Equipo #6
Anais Abarca De Ita
Mariela Abrego Treviño
E. Gabriela Alvarado Seáñez
Laura Belem Alvarado Vázquez

Fecha de entrega: 15 de noviembre del 2007.


Índice

Resumen………………………………………………………………………………..3

Introducción………………………………………………………………………….....4

Justificación…………………………………………………………………………….6

Marco Teórico………………………………………………………………………….7

I. Antecedentes históricos………………………………………………………7

II. Relación entre ética y psiquiatría…………………………………………..10

Material y Métodos…………………………………………………………………...12

• Variables………………………………………………………………13

• Cronograma…………………………………………………………..13

Resultados…………………………………………………………………………….14

Conclusiones………………………………………………………………………….16

Bibliografía…………………………………………………………………………….17

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Resumen

La Psiquiatría es una ciencia estrechamente relacionada a la Ética, y es por


esto que hoy en día se les relaciona como un complemento.

La reflexión ética requiere fundamentar las decisiones que tome el psiquiatra


con respecto al propio diagnóstico, así como al tratamiento, con la intención de
que sean aquellas orientadas al bien, tanto para el paciente como para
aquellos con los que establece relaciones de convivencia. Por supuesto en la
creación y administración de las instituciones psiquiátricas, es indispensable el
sustento que brinda la reflexión ética para orientar las acciones que lleva a
cabo el personal encargado de la atención de enfermos con padecimientos
psiquiátricos.

Summary

Psychiatry is a science closely related to ethics, and this is why today they are
linked as a complement.

The ethical considerations required to base decisions, taken by the psychiatrist


about diagnosis and treatment, with the intention of those to be oriented to the
good, both for the patient and for those with which it establishes relations of
coexistence.

Of course in the establishment and management of mental institutions, it is


essential sustenance provided by the ethical considerations to guide the actions
undertaken by the staff responsible for the care of patients with psychiatric
illnesses.

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Introducción

<<El fracaso de la cultura moderna no reside en su principio de individualismo,


tampoco en la idea de que el bien moral es lo mismo que la consecución del
interés propio, sino en la formación del significado del interés propio; no en el
hecho de que la gente se ocupa demasiado de su interés propio, sino en el de
que no se ocupa suficientemente del interés de su verdadero yo; no en el
hecho de ser demasiado egoístas, sino en el de no amarse a si mismos.>>

Erich Fromm, Ética y psicoanálisis.

En el presente ensayo presentamos algunas reflexiones que consideramos


fundamentales acerca de la ética en la práctica de la psiquiatría.
Comenzaremos por analizar en que consiste la ética. Posteriormente
estableceremos las posibles relaciones entre ambas.

Según Aristóteles, la ética es la filosofía de las cosas humanas, es filosofía


práctica porque se interesa por la actividad o conducta de los seres humanos
dirigida a conseguir el bien. La ética estudia el valor de la conducta humana.

La filósofa Esperanza Guisán, afirma que la ética es la reflexión que da


fundamento a las decisiones que orientan las acciones y prescribe los valores
de la cultura. Propone que: “La ética es la disciplina que indaga la finalidad de
la conducta humana, de las instituciones sociales, de la convivencia en
general.” (Guisan, Esperanza, 1990: 19)
En este sentido, Guisán señala que la ética normativa pretende prescribir o por
lo menos recomendar valores y normas como preferibles o deseables y se
ocupa de la salud moral dentro del ámbito de lo que es vital en la sociedad, es
decir que regula la moral, entendida como todo comportamiento entre seres
humanos. La moral se encuentra presente en todo ámbito en el que existan
seres en comunidad, razón por la cual no puede ser separada del resto de las
esferas humanas, la sociedad conforma sus modelos morales que pueden ser
normados en sentidos divergentes y crean, hasta ciertos límites, exigencias de
responsabilidad en los agentes. Al caracterizarse lo moral por ser vitalmente
importante, es fuente de conflictividad entre impulsos individuales y deseos
interindividuales diversos.
Si partimos de la idea de que la ética indaga los fines de la conducta humana
dirigida a conseguir el bien y de las instituciones humanas, resulta de gran
importancia reflexionar en torno a su aplicación al campo específico de la
psiquiatría en tanto disciplina médica que estudia los fenómenos psíquicos, los
trastornos mentales que afectan la mayoría o la totalidad de los ámbitos de la
vida de quienes los padecen, tanto sus emociones, su conducta, su actividad
física, su pensamiento, su percepción, sus relaciones interpersonales, su
sexualidad, su trabajo y ocio.

En tal sentido resulta indispensable pensar acerca de cuáles decisiones en la


prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales son las

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más adecuadas tanto por las características de la enfermedad, como por las
circunstancias particulares de los pacientes. La reflexión ética requiere
fundamentar las decisiones que tome el psiquiatra con respecto al propio
diagnóstico, así como al tratamiento, con la intención de que sean aquellas
orientadas al bien, tanto para el paciente como para aquellos con los que
establece relaciones de convivencia. Por supuesto en la creación y
administración de las instituciones psiquiátricas, es indispensable el sustento
que brinda la reflexión ética para orientar las acciones que lleva a cabo el
personal encargado de la atención de enfermos con padecimientos
psiquiátricos.

A lo largo del tiempo, nuestra sociedad ha considerado a los pacientes con


enfermedad mental, como amenazas para el resto de las personas, en lugar de
ser considerados personas que necesitan una atención y apoyo especial. En
consecuencia estos pacientes han sido enviados a asilos, encerrados en
“manicomios”, sedados, drogados y simplemente ignorados, ya que no
intentaban ayudarlos, sólo aislarlos. ¿El objetivo? Evitar conductas agresivas
hacia otras personas.

Con el paso del tiempo, las terapias psiquiátricas han ido avanzando, aunque
para nuestro punto de vista, no dejan de ser radicales y agresivas contra la
dignidad de los pacientes. Quizás haya un avance en cuanto a farmacéutica
psiquiátrica, ya que reduce casos leves y permite recuperaciones largas; pero
creemos, que debe haber un equilibrio entre medicamentos administrados y un
tratamiento psicológico, así como una relación medico-paciente-familia.

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Justificación

¿Por qué es importante la reflexión entre Ética y Psiquiatría?

Quizás por que estamos en el siglo XXI y pareciera que nos quedamos
estancados en la época de la Inquisición, donde muchos de los tratamientos
psiquiátricos parecieran instrumentos de tortura para el paciente “enfermo
mental”.

Hemos considerado el ejercicio de la Psiquiatría como una labor muy difícil


para un médico ético, ya que debe velar por lo mejor para sus pacientes y la
colectividad, sin dañar los deseos (y he aquí donde pudiera surgir cierta
polémica, en cuanto a la “condición” de estos pacientes para decidir sobre que
es lo mejor para ellos y su salud) y derechos de su paciente.

Es por eso que el médico debe tener bien forjados sus principios éticos para
poder orientar su práctica sin verse cuestionado en cada momento. Pero,
debido a frecuentemente será cuestionado, creemos que debe tener elementos
previamente reflexionados para tomar decisiones benéficas para el paciente sin
afectar el orden de la sociedad.

En el presente ensayo analizaremos la evolución de la Ética y la Psiquiatría.

Como parte de la investigación sostenemos la siguiente hipótesis:

“A mayor reflexión ética en el ejercicio de la Psiquiatría, mayor el


resultado del tratamiento”.

Considerando a la variable dependiente el tratamiento, y la independiente la


reflexión ética.

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Marco Teórico

Aquí nos referiremos en primera instancia a lo que ha sido la evolución


histórica de las teorías acerca de la relación entre Ética y Psiquiatría.

En un segundo apartado, se revisarán las relaciones entre estas dos ciencias


en un momento actual.

I. Antecedentes históricos:

La preocupación por el momento ético del acto médico surgió muy


tempranamente en la historia de la Medicina, coincide con la gran revolución de
Hipócrates al transformar la magia en medicina, esa peculiar combinación de
ciencia y arte que continua siendo hasta el día de hoy.

Retrocedamos veinticinco siglos, hasta la Grecia de Sócrates. Allí se inicia en


sentido técnico la Ética como disciplina racional o filosófica. Y lo hace de un
modo muy preciso: afirmando que quien ve el bien no puede no apetecerlo, y
que por tanto el mal se debe siempre a un error intelectual, a que la mente
yerra su objetivo, tomando por bueno lo que no lo es. Esto no puede tener más
que dos causas, la ignorancia o la locura. Dicho de otra manera, el malo es un
necio o un loco. Platón se hace eco de esta doctrina socrática en varios de sus
escritos. En el Timeo afirma que hay, además de las enfermedades del cuerpo,
otras que afectan al alma. La enfermedad del alma es la pérdida o alteración de
la capacidad mental, la "demencia". Y escribe: "Hay que admitir que la
enfermedad propia del alma es la demencia. Pero hay dos especies de
demencia: una es la locura; la otra, la ignorancia." Sentencias parecidas se
encuentran en las Leyes, en el Gorgias y en otros pasajes de sus obras. Nadie
es malo voluntariamente. La maldad es siempre una enfermedad del alma, una
enfermedad mental.

La Ética, pues, se reduce a Psiquiatría. Sólo el ser humano cuerdo puede ser
bueno, y el malo es siempre y por definición un loco. Esta idea ha persistido a
todo lo largo de la cultura occidental. La encontramos repetida no sólo en
filosofía, por ejemplo en los textos estoicos, sino también en medicina. El
ejemplo quizá más significativo es el libro de Galeno que se titula Que las
costumbres del alma son el resultado del temperamento del cuerpo. Galeno
desarrolla todo su argumento a partir de Platón, concretamente de la frase que
precede a las que hemos citado antes, y que dice: "Las enfermedades del alma
sobrevienen como consecuencia de las disposiciones del cuerpo."

Y aunque pudiera pensarse que la ética médica de los griegos es un invento de


Hipócrates con su famoso juramento hipocrático, debemos reconocer que no
es así, sino que la ética médica obedece a toda una concepción helénica del
mundo y del hombre. Para ellos el origen de la medicina se hallaba en un

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«instinto de auxilio», el cual «sólo llega a ser eficaz cuando el individuo lo
acepta y lo cumple de un modo personal».

Hay artes, dice Hipócrates, que son «benéficas para los que de ellas se sirven,
pero penosas para quienes las ejercen y una de estas artes es la medicina».
El médico «tiene la vista contristada, el tacto ofendido y en los dolores ajenos
sufre penas propias, mientras que los enfermos por obra de ese mismo arte
escapan a los mayores males, enfermedades, sufrimientos, penas, muerte,
porque contra todos ellos encuentra recursos la medicina».

Ahora bien, ya que tocamos el tema de algunos filósofos griegos, es preciso


aclarar el hecho de no ser un azar que en toda la filosofía griega el término
éthos se contraponga a páthos. Éthos es un hábito positivo u ordenado de vida,
en tanto que páthos es el desordenado o negativo. De ahí que el primero se
conciba como "disposición natural" (diáthesis katà physin) y el segundo como
"disposición preternatural o contranatural" (diáthesis parà physin). Así, por
ejemplo, Zenón el estoico utiliza los términos páthos y nósos para denominar
las pasiones del alma.

Pero esta mentalidad dista mucho de limitarse a la cultura griega; ha pervivido,


prácticamente invariable, a todo lo largo de la cultura occidental. Es importante
citar un texto español de finales del siglo XVI que resulta, cuando menos,
sorprendente, escrito por un médico judío español, Enrique Jorge Enríquez, el
cual se halla en el interior de un libro titulado Retrato del perfecto médico. Este
libro se inscribe en la tradición de los tratados de moral profesional, que
intentan definir las cualidades físicas y morales exigibles, o al menos, deseable,
en el buen médico. Se trata de la tradición del "perfecto médico", que hunde
sus raíces, una vez más, en la medicina hipocrática y en la filosofía propia de la
escuela socrática. Pues bien, en un momento del diálogo entre un médico y el
arcediano de la catedral de Coria, uno de ellos dice que cuando existen dos
posibles culpables de un delito y el juez no tiene otro modo de identificar al
culpable, debe castigar al que es "más mal parecido", a lo que el otro personaje
asiente sin ninguna dificultad.

Pero tampoco las cosas acaban en la España del siglo XVI; llegan
prácticamente hasta hoy mismo. Recuérdese el concepto, tan repetido a partir
del siglo XVIII, de la moral insanity, la "locura moral". Hay diferentes tipos de
locura, una que afecta preferentemente a las facultades intelectuales, la
intellectual insanity, y otra que afecta a las costumbres y pasiones, la moral
insanity. Un cierto tipo de locura consiste en la perversión de los afectos y los
hábitos de vida. La enfermedad mental conlleva, por tanto, una perversión
moral. De ahí la importancia que ese concepto tuvo en la práctica judicial. Pero
a la vez, el término moral insanity encierra también la tesis de que la
depravación o degradación e las costumbres genera patología mental. Éste es
un tema típico de la Medicina y la Psiquiatría de los siglos XVIII y XIX. Baste
recordar, por ejemplo, la literatura sobre los efectos patológicos de la
masturbación. El libro más conocido a este respecto es probablemente el de
Tissot. Las conductas moralmente desordenadas o disolutas generan
enfermedades, especialmente enfermedades mentales. En la Psiquiatría del
siglo XIX, esto es lo que llevó a desarrollar toda la teoría de la "degeneración",

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que se encuentra presente ya en autores como Morel y conduce a finales de
siglo a la doctrina lombrosiana. (Retolaza, A.)

Ahora bien, situándonos en un tiempo mas presente encontramos normas


universales que aunque datan de la época de Hipócrates, sorprendentemente
aún tienen vigencia. El más claro ejemplo: el juramento hipocrático. En este
punto es interesante observar como desde aquellos tiempos, la concepción del
paciente como un ser que siente y que debe ser cuidado y velado llega a
nuestra época, quizás un poco adaptada, pero con el mismo fin.

Y no solo eso es lo que buscamos en éste análisis, sino también, nos interesa
destacar en este contexto, cómo la medicina nace ligada a la ética y cómo su
relación con ésta es tan natural que la mayor parte de los ejemplos que
Sócrates emplea en el desarrollo de su pensamiento ético están tomados de la
medicina.

Y es precisamente por esto que consideramos que por estos antecedentes, el


médico debe dedicarse con gran empeño y decoro a la recuperación de la
salud. Pero la salud no debe entenderse sólo como ausencia de enfermedad: el
médico debe procurar también que su paciente logre una enekén hygieiés, un
bienestar físico y espiritual, condición de posibilidad de la sophrosine
(sensatez, sabiduría).

Por su parte, la relación médico-paciente es una forma de philía, de amistad y


está inserto en un profundo respeto a la naturaleza del cuerpo humano y a la
naturaleza en general, que resulta de la idea griega del origen divino de la
corporalidad.

Esto tiene al menos dos consecuencias: la primera es el famoso principio de


primum non nocere, es decir ante todo no hacer daño; la segunda es
abstenerse de intervenir aquellos enfermos en los cuales todo hace pensar que
están cerca de la muerte.
“A la naturaleza pertenece tanto la vida como la muerte”

Y así como hay que propender por una vida digna para nosotros y nuestros
enfermos, así también debemos, si no facilitar, al menos permitir una muerte
digna.

Ahora bien, es interesante comentar como el cristianismo introduce una nueva


dimensión ética en la medicina; ésta habla sobre “El encuentro entre el médico
y el enfermo”, concebido como acto de amor, como realización de esta nueva
forma de «philía» que es el “ágape ».
Esta forma de amor humano posee una consistencia religiosa y metafísica
derivada de dos mandamientos del Nuevo Testamento:
«Ama a tu prójimo como a ti mismo» y «Ama a tu prójimo como si este fuera
Jesucristo».

Un ejemplo paradigmático de esta nueva forma de amor es la parábola del


samaritano: “sin preguntar quién es el caminante herido, si samaritano, israelita
o gentil, si pobre o rico, etc., el samaritano procede a curar sus heridas, a

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regalarle dinero y ropas y a ofrecerle su compañía ¡Y todo esto sin pedir nada a
cambio!”.

La imagen de este médico cristiano se desprende de la epístola 189 que San


Basilio de Cesarea le enviara a su médico Eustasio en el año 350 de nuestra
era: «Amigo, en ti la ciencia (médica) es ambidextra, por cuanto dilatas los
términos de la filantropía y no circunscribes a los cuerpos el beneficio de tu
arte, sino que atiendes también a la curación de los espíritus».

II. Relación entre Ética y Psiquiatría:

Ética y Psiquiatría han sido dos disciplinas muy próximas a todo lo largo de su
historia. De ahí, quizá, la conflictividad de sus relaciones. El problema ha
estado siempre en la "y".

Se las puede concebir como saberes autónomos que entran en relación


respetándose y sin anularse. Ésta es la forma como hoy suelen articularse
Ética y Psiquiatría.

¿Y que es lo que analizan estas dos disciplinas?

Los problemas éticos que plantea el ejercicio profesional de la Psiquiatría.


Ahora bien, éste no ha sido el modo más tradicional o clásico de plantear la
cuestión. Generalmente no se ha partido de considerar ambos saberes como
autónomos, sino que se ha intentado por todos los medios subordinar uno al
otro; por tanto, se ha procurado "reducir" la Ética a Psiquiatría, unas veces, y la
Psiquiatría a la Ética, otras.

Sin embargo, el mucho y buen trabajo que se ha ido realizando en estas


últimas décadas en el campo de la filosofía práctica en general, y más en
concreto en el de la ética y la bioética, ha cambiado drásticamente el
panorama. Ya casi nadie se atreve a reducir la Ética a Psiquiatría, o la
Psiquiatría a Ética. Eso ha pasado y es ya historia. Las relaciones entre esas
disciplinas se establecen de modo nuevo.

La reflexión sobre los problemas éticos de la práctica psiquiátrica ha permitido,


entre otras muchas cosas, mejorar la asistencia al enfermo mental de modo
muy significativo. Un impulso fundamental en este sentido lo dio el movimiento
antipsiquiátrico de los años setenta.

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A partir de entonces cada vez ha sido mayor la reflexión sobre las dimensiones
morales de la práctica psiquiátrica. La mejor evaluación de la capacidad del
paciente, la conciencia cada vez más clara de que el enfermo mental debe ser
respetado en su autonomía, a pesar de los defectos que ésta pueda tener, la
crítica de los procedimientos clásicos de internamiento y contención, etc., han
cambiado en muy pocos años el panorama.

Ahora bien, con el fin de reforzar los conceptos anteriores, analizamos más a
profundidad la relación entre ambas disciplinas.

Según los diccionarios, la palabra "ética" deriva del griego ethikós, una voz
usada, entre otras cosas, para designar el carácter o modo de ser de una
persona adquirido por hábitos. No trata, pues, sólo del buen o mal
comportamiento en la moral pública, sino también de algo relacionado con el
vigor y el coraje individuales, necesarios para el propio bienestar y el buen
hacer. Buen hacer que, tratándose del ejercicio de una profesión sanitaria,
estará relacionado con la excelencia clínica derivada de una buena preparación
técnica, garantía (a su vez) de un satisfactorio resultado. Calidad en último
término, pero también algo más que calidad: un sistema de valores de
referencia donde poder encuadrar y dar sentido a la simple y abstracta eficacia.

Los profesionales de la asistencia psiquiátrica deberían ser conscientes de las


especiales implicaciones éticas derivadas del ejercicio de su trabajo; mientras
que nosotros como miembros de la sociedad debiéramos luchar por un trato
justo y equitativo hacia los enfermos mentales.

En todo caso es importante recordar que el comportamiento ético se basa en el


sentido de la responsabilidad de cada profesional implicado hacia los
pacientes, así como en su buen juicio para determinar cuál es la actuación más
correcta e idónea en una situación dada en la búsqueda del bien del paciente.

Las normativas o los organismos instituidos, tales como desarrollos legislativos,


códigos deontológicos, comités éticos asesores u otros, no pueden garantizar,
por sí mismos, la práctica ética de las profesiones.

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Material y Métodos

Para realizar el presente ensayo se empleó la técnica de la investigación


bibliográfica y documental. Se hizo acopio de diversos textos y documentos, los
cuáles fueron analizados. Asimismo el ensayo incluye las reflexiones propias
de quienes realizaron el trabajo de investigación.

Así mismo para recabar información de campo se realizo una breve encuesta a
estudiantes de medicina de la Facultad Autónoma de Nuevo León. Dicha
encuesta fue realizada a través de la Internet, debido a su gran cobertura y la
rapidez con la cual nos permitió recabar la información, que nos permitiera
aceptar o rechazar la hipótesis propuesta.

A continuación anexamos un formato de las encuestas que se realizaron.

¡Hola!
La siguiente encuesta no requiere tu nombre, solo necesitamos que nos des tu
opinión. Gracias.

Equipo 6 Ética

Preguntas

1. ¿Cuales son los principales problemas éticos que consideras puedan


presentarse en el ejercicio de la psiquiatría?
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________

2. ¿Quién consideras que debe tomar la decisión sobre el tratamiento de un


paciente psiquiátrico, a fin de que sea efectivo y digno?
a) El paciente b) El médico c)La familia d)Todos en conjunto e)Otros:____

3. ¿Cuáles son las condiciones de vida recomendables para pacientes con


enfermedad mental?
a) con la familia b)Hospital psiquiátrico c)Asilos d)Otros:_______________

4. Consideras que los tratamientos psiquiátricos son:


a) Agresivos b) adecuados c) ineficientes d) eficientes e) Otros: _________

5. ¿Consideras que los tratamientos psiquiátricos hoy en día están


sustentados en la reflexión ética?
a) Sí b) No

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¿Por qué?_______________________________________________

• Variables:

La variable considerada dependiente es el tratamiento, y la independiente la


reflexión ética.

• Cronograma:

Al principio de nuestro trabajo no sabíamos cómo o por dónde empezar.


Decidimos hacer ciertas investigaciones que nos orientaran e informaran sobre
los métodos utilizados por los profesionales en Psiquiatría.
Para ello acudimos a la Biblioteca de nuestra facultad, así como en una serie
de libros prestados por varios conocidos.

Posteriormente, realizamos un pequeño trabajo de campo entre estudiantes del


área médica. Fue tan buena la respuesta que mucho de lo que escribimos en
este trabajo, fue la opinión de todos aquellos estudiantes que para nuestra
sorpresa pensaban lo mismo que nosotros planteamos en nuestra hipótesis.

“A mayor reflexión ética en el ejercicio de la Psiquiatría, mayor el


resultado del tratamiento”.

Una vez recabada y analizada toda esta información, nos dispusimos a


integrarla e iniciamos la transcripción. Posterior a esto se realizo la impresión y
el engargolado.

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Resultados

La encuesta fue realizada en 10 personas, por lo que los consideraremos el


100%.

La primera pregunta fue:

¿Cuales son los principales problemas éticos que consideras puedan


presentarse en el ejercicio de la psiquiatría?

80% de los entrevistados respondió: Abuso económico por parte del medico
hacia el paciente. Ofreciendo tratamientos que realmente no necesita. O
tratamientos que solo le convienen al medico para mantener al paciente
“estable o controlado”.

20% de los entrevistados considera que los problemas radican en


discriminación y negligencia medica.

La segunda pregunta fue:

¿Quién consideras que debe tomar la decisión sobre el tratamiento de un


paciente psiquiátrico, a fin de que sea efectivo y digno?

90% dijo: Todos en conjunto y de estos, solo un 10% propuso una segunda
opinión de los tratamientos.

10% respondió: El médico ya que este sabe que es lo mejor para el paciente.

La tercera pregunta fue:

¿Cuáles son las condiciones de vida recomendables para pacientes con


enfermedad mental?

50% considera que la opción es una vida en ambiente familiar con asistencia
médica.

40% dijo: con la familia. De estos el 90% mencionó que si los pacientes eran
agresivos, entonces su opción seria internarlos en un hospital.

10% respondió que lo mejor es que el paciente se encuentre internado, ya que


de esta forma recibirá el tratamiento adecuado.

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La cuarta pregunta fue:

Consideras que los tratamientos psiquiátricos son:

80% mencionó que los tratamientos son agresivos.

20% considera que los tratamientos son adecuados.

La quinta pregunta fue:

¿Consideras que los tratamientos psiquiátricos hoy en día están sustentados


en la reflexión ética?

70% dijo que si, ya que se ha hecho un hincapié en respetar la dignidad


humana, además de que aseguran que actualmente un medico debe ser mas
reflexivo si quiere evitar posibles demandas.

30% considera que la mayoría de los médicos deciden por si mismos, ya que
los pacientes no están en condiciones de hacerlo, y por tanto pudiera pasar por
alto una buena reflexión ética.

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Conclusiones

La enfermedad mental es un concepto exportado a nuestro continente, a partir


del siglo XVIII.

La locura se vuelve una enfermedad que puede compararse con enfermedades


que a lo largo de la historia han sido vinculadas a la “exclusión” del enfermo, y
en el caso del “loco”, el manicomio será el mejor instrumento.

La ruptura del diálogo entre razón y no razón, la creencia de que la locura


separa radicalmente a los locos de la gente “razonable”, justifica el
confinamiento y la intervención institucional sobre los internados. Aparece
entonces el lenguaje psiquiátrico y las instituciones de exclusión, quienes
desempeñan la doble función de proteger a la parte “sana” de la sociedad, de
sus miembros “enfermos”, sometiendo a éstos últimos a “tratamientos” que
sirven supuestamente para reintegrarlos a la “normalidad”.

Notamos pues, a lo largo del trabajo, cómo a lo largo de las últimas décadas,
los procedimientos de confinamiento se han aparentemente humanizado.
Aunque para nuestro punto de vista, aun se utilizan “métodos terapéuticos” que
pueden tan solo “adaptar”, “controlar” y “mantener tranquilos” a los pacientes,
sin pensar en su dignidad como personas y una posible mejoría de todos los
sentidos, la cual no solo beneficie al paciente, sino que también le de la
tranquilidad a la sociedad, de que son individuos que requieren tratamiento
pero deben ser reintegrados a la sociedad, no marginados o encerrados.

Así mismo, descubrimos la gran labor que debe realizar un profesional, en


cuanto a saber “tratar” a estos pacientes y a su familia, sin alterar los derechos
o deseos de nuestro paciente.

Por otra parte, creemos que debe dejarse de lado una serie de apodos con los
que son identificados estos enfermos mentales, pues es una forma más de
discriminación y de in-humanización.

Por ultimo, creemos que es un trabajo difícil, pero con buenos principios éticos,
el medico lograra su objetivo.

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Bibliografía

1. Aristóteles. Ética Nicomaquea. (1977), México: Porrúa, 319 p.


2. Beauchamp, T.L. and Childress, J.F. Principles of Biomedical Ethics.
(1989) 3rd edn. Oxford University Press.
3. Garcia, D. Prólogo a la publicación de la ponencia. Marzo. 2000.
http://www.ome-aen.org/grupos/Prologo.htm
4. Guisan, Esperanza. (1990) Razón y pasión en ética. Barcelona:
Anthropos.
5. Retolaza, A.  Ética   y   Praxis   Psiquiátrica . 
http://www.ome-aen.org/grupos/etica.htm
6. Marcos, Silvia. Anti psiquiatría y Política (1980) Cuernavaca, México.
1era edición. Extemporáneos a nuevo sol.

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