Está en la página 1de 7
Un recurso pedagogico para la primera clase de latin (Textos a la vez latinos y castellanos) Me es muy grato contribuir al merecido homenaje que se le rinde a mi admirado amigo el Dr. D. Bernardo Mufioz, extremefio de nacencia y estancia, que ha dedicado su vida a ensefiar latin a muchachos extreme- fios. Y mi contribucién, muy modesta, va a enmarcarse precisamente en estas dos coordenadas que definen su vida profesional y personal: la ensefianza media y lo extremefio. ‘No voy a referitme a un recurso pedagdgico de gran entidad, ni mucho menos a un método didactico nuevo. Mi pretension es mucho mas modesta y se limita a proponer un procedimiento que a mi, en mis afios atin no lejanos de profesor de ensefianza media, me rindié buenos resulta- dos para motivar al alumno nuevo de latin durante la primera o las dos primeras clases. Se trata de la utilizacién de textos que son, a la vez, latinos y castellanos, y de los cuales poseemos una cantidad suficiente aportada por humanistas del siglo XVI y algunos del XVIL. A este tema me referi de pasada hace ya algunos afios en unas jornadas pedagogicas para profeso- res de latin de bachillerato organizadas por el ICE de la Universidad de Extremadura. Ahora voy a desarrollarlo un poco mas, refiriéndome fundamentalmente a dos textos relacionados con humanistas extremefios. Cuando el alumno llega a su primera clase de latin, acude, en muchos casos, blindado con un caparazon repelente impermeable, dispuesto a que la asignatura le resbale sin calarle. La culpa no es suya. El magma social lo ha impregnado de su ignorancia viscosa, infundiéndole unos prejuicios que cristalizan ordinariamente en estos dos calificativos aplica- dos a la asignatura como una marca infamante: dificil imutil. Y serd labor del profesor de latin (que, a diferencia de otros profesores, no puede permitirse el lujo de ser un mal profesor) abrirles los ojos a «otra» realidad ¢ ir derritiendo, con la fuerza solar de su palabra, su argumentacion y su 113 ejemplo, la costra que en ellos haya ido acumulando el ambiente de rechazo social a la disciplina y las opiniones que hayan podido oir o leer, a veces vertidas por sedicentes intelectuales progresistas que seguramente no han leido las muy sensatas ideas sobre el tema del honesto intelectual marxista A. Gramsci, Mas lo que aqui me interesa destacar es que gran numero de alumnos, pese a haber estudiado que las lenguas romances proceden de! latin, se presentan en su primera clase de esta signatura con la idea mas o menos nebulosa, fruto, una vez mas, de la ignorancia, de que van a enfrentarse con un idioma algo asi como el chino o el banti, sin ninguna © con una Iejanisima relacion con el castellano, Y para arrancarles de golpe esta idea con un tratamiento de choque, originandoles un fuerte impacto (para usar un término de moda, por cierto, muy latino), nada mejor que la lectura de algunos de los textos que propongo. Los alumnos los entienden perfecta- mente como escritos en castellano, aunque observen que algunas de las construcciones 0 expresiones son forzadas o estan en desuso, como es logico; y se sorprenden sobremanera cuando se les dice que esos textos «también son latin». El primer ejemplo conocido de un texto a la vez latino y castellano es de 1498, y nos habla de él Martin de Vigiana en su Libro de alabangas de las lenguas hebrea, griega, latina, castellana y valenciana, impreso en Valencia en 1574, El texto no fue escrito con finalidades didacticas, sino patrioticas. El padre del gran poeta Garcilaso, llamado también Garcilaso de la Vega, y que fue, por cierto, Alcalde Mayor de Badajoz en 1482, estaba en Roma en el citado aio 1498 como enviado de los Reyes Catélicos, y desafié a los representantes 0 embajadores en Roma de Portugal, Francia y Toscana a pronunciar cada uno un discurso en su propia lengua, para ver cual se parecia mas a la lengua latina, que era tanto como decir cusil era la mas perfecta: «hagamos cada vno vna oracid en la propia legua, y la que fuere mas latina, aquella ganara, y sera havida por mejor que las otras». Y en efecto, el dia de San Pedro, ante el Papa Alejandro VI y una gran concurrencia de «géte de gran doctrina» pronun- cid Garcilaso su discurso, que consistid fundamentalmente en un reto a Francia para que demostrara si poseia tantas excelencias como Espaiia. ‘Veamos, como muestra, un solo parrafo: «Presenta tu, Francia, et da tales campos, montes, valles, tales bestias feras et domesticas, tales et tam excellentes cauallos, vaccas, aues, carnes, lanas, panes et huuas, tales plantas tam odoriferas et medecinales, tales arbores tam diuersas et tam L.A. Gramsci, La formacion de los intelectuales, trad, esp., Barcelona 1974, 126 y ss. 4 fructuosas... Non cognosces tu, Francia, plantas, arbores, bestias quadru- pedes et perfecciones, quales de Hispanis nos maiores demostramos, et de Hispania cognosco infinitas, quales tu, Francia, non cognosces...». Segin Vigiana, tras el discurso de Garcilaso, los otros embajadores pusieron pretextos y se retiraron de la competicion 2 He aludido a este episodio porque de él nace, como he apuntado, el primer texto conocido de estas caracteristicas, que luego van a proliferar a lo largo del siglo XVI y también, aunque menos, en el XVII. Muchos serin escritos, como el de Garcilaso, para ensalzar el castellano por encima de los demés idiomas por el mas latino; otros, con fines didacticos; y hay textos pequefios, sobre todo en autores latinizantes, cuya coinciden- cia con el latin se debe probablemente a puro azar’, Entre los muchos textos de este genero que tengo recogidos voy a referirme solamente, como ya anuncié, a dos, relacionados ambos con autores extremetios. El primero aparece encabezando la Arithmetica del Cardenal Siliceo. Ticknor, en su famosa Historia de la literatura espaiola4, comete dos errores al referirse a este texto. Por una parte, dice que es «el primer ensayo de este género que conocemos», lo que indica que desconocia el texto de Garcilaso al que hemos aludido, que es anterior. Por otro lado, afirma que «es un trabajo de D. Juan Martinez Siliceo, arzobispo de Toledo y ayo de Felipe II, que, estando en Italia, escribi una breve disertacion en prosa para leerse en ambas lenguas, dirigida a probar a varios eruditos amigos suyos de aquel pais, que el castellano tenia mas semejanza con el latin que el italiano, esfuerzo de ingenio que se imprimio en su Tratado de Aritmética en 1544... Asimismo puede citarse el Didlogo de Fernan Pérez de Oliva...». Aqui hay mas de un error. Se dice que el texto latino-castellano que encabeza la Arithmetica es de Siliceo, escrito en Italia, y que, ademis, existe otro texto de este género, que es un Didlogo de Pérez de Oliva. Pura confusién, El texto que encabeza la Arithmetica no es de Siliceo, sino que es justamente el citado Didlogo de Fernan Pérez de Oliva, discipulo de Siliceo, y escrito en Paris. Basta leer el didlogo para darse cuenta, por los subidos elogios que se hacen de Siliceo, de que no pudo haberlo escrito el propio autor de la Arithmetica. 2. Para este episodio vease E, Buceta, «La tendencia a idetifiar el espafol con el latigs, en Homenaje a’ Mendnder Pda, 1 Madrid 1925, 88-108. 1 ‘Por ejemplo, el verso de Juan de Mena: «Canta ty, christina musa» (Laberinto de Jforiama. Pooras menares cdl de Miguel A. Peret, Maded 197.283). Mas dif ex creer fel azar para el comienzo de un vilancico de Sor Juana Inés de Ja Cruz: «Divina Maria,/rubkanda Aurora/matutina Lix,/purasima Rosa» (Pocmas de la tnica poetsa Emerianay Musa desma, Soror Juana ines de a Crus, Madrid 1141 p, 248). 1 ticknon, Historia de la eratra esata, Madrid 1851-1856, WV, p- 190, us

También podría gustarte