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Introducción.
El documental.
La mirada.
El mito de lo popular.
Conclusiones.
Bibliografía.
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Introducción
El documental.
La mirada
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Es justamente esta nueva Mirada la que diferencia estas dos épocas, estas dos
diferentes formas de ver. Pero no es solamente el “punto de vista” el sustento de la
identidad de estas obras. Hay en común, también, la pretensión, no siempre lograda, de
deshacerse de las formas convencionales del discurso político panfletario, en cuanto se
apela fundamentalmente a los recursos expresivos del lenguaje cinematográfico, a la
relación sensible con el espectador. La piedra fundamental de Fernando Birri, la obra
cumbre del grupo Cine Liberación, los hitos de Raymundo Gleyzer y la producción de
Jorge Prelorán son, desde distintos abordajes metodológicos, las más representativas de
esta pretensión renovadora.
Marrone y Franco. Una aproximación teórica y metodológica para el estudio de las primeras
“representaciones fílmicas” del cine documental argentino. U.B.A. Fac. Cs. Sociales.
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Bill Nichols. La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el documental. Piados.
Barcelona. 1997. Pág. 119.
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La práctica de un método no se refiere exclusivamente a la metodología de investigación científica, sino
al abordaje de lo documental a partir del acercamiento sensible al tema, el tratamiento narrativo
audiovisual y la expresión artística.
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problemas populares fue la consigna no escrita y la década significó una explosión
creadora para el género.
Mucho tiempo más tarde me enteré que la escuela del Litoral era nada menos
que la emblemática escuela de Birri (y me enteré quién era Birri), descubrí el cine
documental argentino a partir del grupo cine Liberación, luego descubrí que había cine
en América Latina y en Italia y en España. También descubrí con el tiempo que la
mayoría de mis preferencias estaban artificialmente elaboradas para “acercarme” al
modelo ideológico y estético que me proponían los docentes de mi facultad. En realidad
me llevó tiempo asumir sin culpas ni tapujos que mi verdadero perfil ideológico y
estético estaba más cerca del gusto popular que del “ilustrado”, es decir que tenía que
asumir ante mis pares que era un poco “mersa”. Hay que tener en cuenta, para entender
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la trascendencia de estas posturas, las características de la universidad de los años
setenta y la evolución de los jóvenes en el proceso de consolidación de su personalidad.
Finalmente mi pasión por lo audiovisual adquirió unos perfiles que no se parecían en
nada a los del principio y además fueron cambiando permanentemente.
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Considero Superobjetivo al conjunto de criterios productivos, temáticas, géneros, miradas, líneas de
estilo y preferencias técnicas y narrativas que caracterizan a la obra de un artista y estarán presentes en
toda su producción, acompañando los cambios de su evolución.
7
Michael Rabiger. Dirección de documentales. 1989. Instituto Oficial de Radio y Televisión. Madrid.
Pág. 106.
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El mito de lo popular
En su trabajo El mito del Arte y el mito del Pueblo, Ticio Escobar reflexiona:
“En este trabajo se consideran como arte popular, en sentido amplio, las
manifestaciones particulares de los diferentes sectores subalternos en las que lo
estético formal no conforma un terreno autónomo, sino que depende de la compleja
trama de necesidades, deseos e intereses colectivos. Lo artístico expresa ciertas
realidades y crea otras desde un movimiento retórico propio, vivificando procesos
8
Getino, O. Cine y dependencia. El cine en la Argentina. 1990. Buenos Aires. Ed. Puntosur. Pág. 219 y
220.
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históricos plurales (socio-económicos, religiosos, políticos) con los que se enreda y se
confunde, de los que parte o en los que desemboca...
Es decir que si, a los efectos de las cuestiones que acá tratamos, entendemos lo
popular a partir de la situación objetiva de una comunidad (la subordinación), y lo
cultural popular desde la particular elaboración simbólica que hace internamente esa
comunidad de tal situación, consideramos como arte popular al conjunto de las formas
sensibles, las expresiones estéticas de esa cultura en cuanto sean capaces de revelar
verdades suyas, aunque estén profundamente conectadas con todas las otras formas y
cargadas de diversas funciones, usos y valores sociales, y aunque carezcan de los
requisitos de unicidad y genialidad que, característicos del arte moderno, han sido
convertidos en paradigmas de valor universal.”9
Conclusiones
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Acha J., Colombres A. y Escobar T. Hacia una teoría americana del arte. 1991. Ediciones del Sol.
Buenos Aires. Pág. 152 y 153.
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Bibliografía citada
Dallera O. y otros.Seis semiólogos en busaca de un lector.
1999. Buenos Aires. Ciccus-La Crujía.
Marrone y Franco. Una aproximación teórica y metodológica para el estudio de las primeras
“representaciones fílmicas” del cine documental argentino.
Monografía. U.B.A. Fac. Cs. Sociales.
Bibliografía consultada
Birri, Fernando - El Alquimista Democrático.
1999 - Santa Fe - Ed. Sudamérica.
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