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REFLEPSIONES
Revista de Psicología

Nº 15 Febrero 2010
DIRECTORA
Dª. Amelia Catalán Borja
Sumario Página
Psicóloga
PUBLICADO EN EL BLOG REFLEPSIONES
REDACTOR JEFE
D. Luis Aparicio Sanz Homeopatía en la Universidad de Zaragoza
Psicólogo
Luis Aparicio Sanz 4
COMITÉ DE REDACCIÓN
Dª. Amparo Puig Ricart ¿Familia o familias?
Psicóloga
Beatriz Sarrión Soro 6
Dª. Beatriz Sarrión Soro
Psicóloga
Las extrañas formas del placebo
D. Juan José Calvo Cases
Médico Esther Samper Martínez 9

INFORMACIÓN
Características clínicas de la anorexia
Esta revista pretende recoger
noticias, comentarios, artículos, Amelia Catalán Borja 12
etc., relacionados con la psicología,
intentando informar tanto a
La vejez en positivo
profesionales, como a pacientes y
público en general. La mayoría del Beatriz Sarrión Soro 15
contenido corresponde a entradas
publicadas en el blog Reflepsiones.
Adicción al trabajo
Para cualquier tema relacionado
con esta publicación puede dirigirse Luis Aparicio Sanz 19
al siguiente correo electrónico:

reflepsiones@gmail.com
Características clínicas de la bulimia
AVISO Amelia Catalán Borja 30
La información contenida en esta
revista no reemplaza a la relación Timidez en la infancia
con su médico o profesional
sanitario. Amparo Puig Ricart 34

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EVENTOS DEL CENTRE DE PSICOLOGIA
http://stores.lulu.com/reflepsiones
CLÍNICA I FORMATIVA

Curso de Terapia de Aceptación y Compromiso

Imparte: Dra. Carmen Luciano Soriano 37


ISSN 1989-4716
SOBRE LOS AUTORES 39

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 2


PUBLICADO EN EL
BLOG REFLEPSIONES

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 3


Homeopatía en la Universidad de Zaragoza
Luis Aparicio Sanz

Recientemente, en la
información que, por correo
electrónico, el Colegio Oficial
de Psicólogos de la
Comunidad Valenciana
(COP-CV) envía a sus
colegiados, se incluye en un
apartado denominado
“Próximos eventos” un enlace
a la página web del COP-CV,
donde se informa sobre el
“Curso de Homeopatía para Ciencias de la Salud” que ofrece la Fundación Empresa
– Universidad de Zaragoza (FEUZ), que comenzará el 13 de febrero de 2010 y se
impartirá en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, siendo su
director un profesor de dicha facultad. El curso está acreditado por la Comisión de
Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de Aragón con 7,5 créditos y
en el tríptico, que puede descargarse en la página web del COP-CV, podemos leer
que va “dirigido a profesionales de Ciencias de la Salud: DUE, Matronas,
Fisioterapeutas, Podólogos, Psicólogos clínicos, Nutricionistas”.

Dejaremos de lado lo comentado en otras entradas (¿Quo vadis, OMC?, Reiki en los
hospitales: ¿Ciencia o curanderismo?) en relación con la falta de evidencia empírica
sobre la eficacia de los “medicamentos homeopáticos” más allá del efecto placebo, lo
que ya, por sí solo, debería ser un argumento de peso para no fomentar la homeopatía
en el ámbito sanitario, ni acreditarla, tanto por parte de la Universidad de Zaragoza
como por parte de la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones
Sanitarias de Aragón. Vamos a centrarnos en una contradicción evidente que nos
limitaremos a señalar, esperando que, algún día, la Facultad de Medicina de la
Universidad de Zaragoza o la Organización Médica Colegial de España la aclaren
en alguno de sus comunicados.

La Organización Médica Colegial de España (OMC) publicaba, con fecha 14 de


diciembre de 2009, una noticia que informa sobre el acuerdo, por unanimidad, al que
habían llegado en Asamblea, para “reconocer la homeopatía como acto médico, que
precisa de un diagnóstico previo, de una indicación terapéutica y ser realizada por
personal cualificado y en centros sanitarios debidamente autorizados”, poco después,
el 18 de diciembre de 2009, emitía un comunicado explicando con más detalle la
noticia, donde podíamos leer, entre otras cosas, lo siguiente:

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 4


“La OMC asume el papel que le corresponde en defensa de la sociedad
y de la salud de los ciudadanos, partiendo de la premisa fundamental de
que toda terapia, convencional o no, alopática, holística u homeopática,
es en sí misma un ACTO MÉDICO que precisa de un diagnóstico
previo, de una indicación terapéutica y de una aplicación de la misma, y
que debe ser realizada, necesaria y obligatoriamente, por una persona
cualificada y legalmente autorizada para ello. Es decir, UN MÉDICO.”

Por consiguiente, según se desprende del comunicado de la OMC, la homeopatía, por


ser “en sí misma un ACTO MÉDICO (…) debe ser realizada, necesaria y
obligatoriamente, por una persona cualificada y legalmente autorizada para ello. Es
decir, UN MÉDICO”… entonces, ¿cómo puede ofrecerse en la Facultad de Medicina
de la Universidad de Zaragoza un curso de homeopatía “dirigido a profesionales de
Ciencias de la Salud: DUE, Matronas, Fisioterapeutas, Podólogos, Psicólogos clínicos,
Nutricionistas”? Esos profesionales no son médicos y, por tanto, es posible que si se
lograse una legislación sanitaria favorable a las pretensiones de la OMC, plasmadas
en el comunicado citado, ese curso no les sirva, para poder aplicar lo aprendido, en su
práctica profesional.

Citar como:
Aparicio, L. (2010). Homeopatía en la Universidad de Zaragoza. Reflepsiones [Revista
electrónica], (15), 4-5. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE
CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

Revista: http://stores.lulu.com/reflepsiones

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 5


¿Familia o familias?
Beatriz Sarrión Soro

En nuestros días la diversidad


familiar es considerable, hasta el
punto de no existir una única forma
estándar o prototípica de familia.
Las personas tienen mayor
capacidad de elección en cuanto a
formas de convivencia, al tiempo
que también han cambiando las
relaciones personales que
configuran la familia.
Flickr
Podemos afirmar que no existe un
único tipo de familia, por lo tanto, no existe una definición que pueda abarcar la
diversidad de formas familiares que existen. El modelo de familia europeo ha
experimentado una importante transformación en las últimas décadas. Por distintos
factores, ha disminuido la proporción de hogares que representa el modelo nuclear
clásico y se ha impuesto el modelo de diversidad familiar. Poco a poco, formas
familiares alternativas a la familia nuclear son cada vez más frecuentes. Las causas de
los cambios en la estructura familiar se deben a las transformaciones económicas,
sociales, legales, demográficas y culturales que se han producido en el último siglo.
Por mencionar algunos hitos importantes que han modificado el modelo de
familia, encontramos:

 El cambio en los patrones de reproducción. Con la aparición de los


anticonceptivos, se ha producido una separación entre sexualidad y
reproducción.

 El descenso de los índices de natalidad que está relacionado con el incremento


de familias nucleares sin hijos.

 El envejecimiento de la población por el incremento en la esperanza de vida,


implica un crecimiento de los hogares unipersonales integrados por personas
de edad.

 La transformación en la formación de la familia que actualmente es más tardío.

 La incorporación de la mujer al mercado laboral.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 6


 La transformación en la disolución de la familia que ha provocado un aumento
de los divorcios.

En la mayor parte de investigaciones transculturales, se ha detectado que la familia


tiene dos funciones básicas:

1. Socialización familiar. La familia es el primer agente de socialización. A través


de la familia el individuo interioriza las pautas de su entorno sociocultural, se
integra y se adapta a la sociedad y forma su personalidad.

2. Red de apoyo social. La familia, habitualmente, protege a sus miembros de


las situaciones de riesgo y proporciona apoyo material y emocional.

La definición de familia varía en función de la posición teórica que se adopte.


Encontramos tres perspectivas teóricas fundamentales que nos proporcionan
visiones complementarias acerca de la familia:

1. Desde el enfoque sistémico, se proporciona una visión de la familia como un


sistema. La familia es un sistema orgánico, dinámico y abierto que produce un
intercambio continuo de información con el medio exterior. La familia es una
red de comunicaciones entrelazadas, en la que todos los miembros influyen en
la naturaleza del sistema y se ven afectados al tiempo por el propio sistema.

2. Desde el interaccionismo simbólico, se considera la familia como una unidad


de personalidades en interacción. Se resalta su papel en la formación de la
identidad, en la transmisión de valores y en el aprendizaje de los roles sociales.

3. Desde el constructivismo social, se considera la familia como una realidad


socialmente construida. La familia es un modo de interpretar, representar y
organizar el significado de las relaciones interpersonales y/o sociales que
puede construirse tanto como producción o como resultado secundario del
discurso familiar.

Ofreciendo una visión integradora de la familia, podemos considerarla como un grupo


primario en interacción, con relaciones de intimidad, estables y duraderas. Los
miembros de la familia, pueden estar unidos por lazos biológicos y/o vínculos afectivos
y psicosociales. Es el espacio clave para la configuración del desarrollo afectivo, social
y cognitivo, y el lugar donde se establecen las dimensiones de la personalidad
(autoconcepto, identidad…). Es el primer agente de socialización. Es fundamental en
la naturaleza social del individuo, puesto que influyen en su adaptación sociocultural y
en su sistema de valores y creencias.

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A nivel social, la familia es un fenómeno social dinámico que ha ido evolucionando
histórica y culturalmente, desde un modelo patriarcal a la diversidad de modelos
familiares que tenemos en la actualidad. Sin embargo, es una institución tradicional
que se mantiene en la sociedad moderna, puesto que la familia es una estructura
social que permite a sus miembros la satisfacción de sus necesidades, al tiempo que
facilita la supervivencia y el mantenimiento de la sociedad. Así, a pesar de que su
estructura y sus funciones han variado a lo largo de la historia, del hecho de que
presenta una gran variedad cultural y de la coexistencia de múltiples formas familiares
(monoparentales, adoptivas, reconstituidas…), la familia continúa siendo un referente
importante.

A la hora de realizar una intervención en la familia, debemos tener en cuenta en qué


contexto familiar y personal se encuentra la persona. Por otro lado, debemos ser
flexibles a la hora de definir qué consideramos como entorno familiar y no aplicar un
modelo rígido y arcaico, que no refleja la realidad actual.

Referencias:

Flaquer, L. (1998). El destino de la familia. Barcelona: Ariel.

Gimeno, A. (1994). La familia: el desafío de la diversidad. Barcelona: Ariel.

Gracia, E. y Musitu, G. (2000). Psicología social de la familia. Barcelona: Paidós.

Millán, M. (1996). Psicología de la familia (un enfoque evolutivo y sistémico). Valencia:


Promolibro.

Musitu, G. y Cava, M.J. (2001). La familia y la educación. Madrid: Octaedro.

Ríos, J.A. (1994). Manual de orientación y terapia familiar: (enfoque sistémico teórico –
práctico). Madrid: Instituto de Ciencias del Hombre.

Citar como:
Sarrión, B. (2010). ¿Familia o familias? Reflepsiones [Revista electrónica], (15), 6-8.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

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Las extrañas formas del placebo
Esther Samper Martínez

El efecto placebo, ese curioso


fenómeno que hace mejorar a
alguien convencido de los
beneficios curativos de sus
pastillas o píldoras de azúcar, es
más universal de lo que
creemos. Lo experimentamos
por primera vez y sin saberlo
desde nuestra tierna infancia y lo
hemos seguido experimentando
con más o menos frecuencia
según los achaques y la
susceptibilidad de cada uno.
GazetteXtra
Por convencionalismo, solemos
tener la equivocada idea de que un placebo se limita simplemente a un
medicamento en apariencia pero que, en realidad, no tiene ningún principio activo ni
nada que pueda causar algún efecto en el cuerpo humano por sí mismo. Hasta cierto
punto, es lógico pensar que si los fármacos son los que nos curan, los placebos se
limitan a ser medicamentos en apariencia. Sin embargo, esto no es así exactamente.
Los placebos puedan adoptar múltiples y extrañas formas, muy alejadas de un
medicamento simulado, lo que lo convierte en un fenómeno más extendido y sutil de lo
que tenemos constancia a simple vista.

Como he comentado anteriormente, la mayoría (por no decir todos) hemos


experimentado el efecto placebo en nuestra infancia y no nos tuvieron que dar
pastillas de azúcar para ello. Tras una caída o un traspié ahí estaban nuestros padres
con una tirita de socorro para “curarnos”. En el momento en que se colocaba la tirita,
parecía que inmediatamente el dolor disminuía, que estábamos mejorando desde ese
instante. Cuando no era eso, era el más que típico “Sana, sana, culito de rana. Si no
sanas hoy sanarás mañana” utilizado en multitud de países cada uno con su variante.
Quizás los mayores no puedan recordar esas experiencias, pero sin duda sabrán
cómo un niño deja de llorar, angustiarse y/o sentir dolor por el mero hecho de que
sabe que alguien está tratando su problema, que lo está curando (o al menos lo
intenta).

El fenómeno del efecto placebo de las tiritas en los niños no es baladí. De hecho, se
ha observado que el efecto placebo es mayor cuando las tiritas tienen dibujitos,

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 9


se siente mejor y se tranquilizan con más facilidad aunque realmente no estás
haciendo nada sobre la herida salvo protegerla. La distracción de un niño con su
dibujo animado preferido puede ser un buen analgésico.

Cuando crecemos, y nos convertimos en adultos, podríamos pensar que las tiritas y
los “Sana, sana…” ya no nos convencen. Ya no somos tan ingenuos como para
pensar que memeces así podrían curarnos… ¿O puede que sí? Para bien o para mal,
cuando crecemos seguimos siendo, en muchos aspectos, unos niños grandes.
Nuestra ingenuidad ante el placebo sigue presente y no hace falta que sean unas
imitaciones de medicamentos sin ningún efecto para que experimentemos el efecto
placebo.

Desde hace mucho tiempo se sabe que la propia relación médico-paciente es un


placebo en sí mismo y puede ser muy poderoso cuando se da de forma óptima.
Es decir, en muchas ocasiones los pacientes mejoran o mejoran más de lo que lo
harían sólo con un medicamento efectivo por la percepción de que se están
preocupando por su problema, de que lo están curando. Por eso cuanto más humano
sea un médico, más probable será que cause un efecto placebo en sus pacientes.

No han sido pocos los estudios que han tratado de esclarecer este fenómeno. Así por
ejemplo, en un estudio se tomaron dos grupos de pacientes. En uno eran
completamente informados y tranquilizados con antelación sobre cómo iba a ser su
evolución mientras que el otro grupo no recibió este trato. Los resultados fueron
bastante contundentes: Los pacientes del grupo informado y tranquilizado
necesitaron, de media, la mitad de analgésicos y salieron dos días y medio antes
del hospital. Resultados similares se han encontrado en más estudios, por ejemplo,
en otro realizado hace 3 años y publicado en el BMJ (Effect of providing information
about normal test results on patients‟ reassurance: randomised controlled trial) en el
grupo de pacientes que habían sido informados con detenimiento estaban más
tranquilos, tomaban menos medicamentos e informaban de menos dolores en el pecho
que aquellos que no habían sido apenas informados (con folleto o una explicación
estándar).

Y es que no sólo el efecto placebo de una buena relación médico-paciente


beneficia tanto al paciente como al médico, también puede ahorrar mucho gasto
sanitario público. Algo que no se tiene en cuenta por prácticamente ninguno de los
gestores, que parecen más empeñados en convertir la atención al paciente en una
cadena de producción industrial.

Curiosamente y a menudo, el efecto placebo se da o refuerza con pequeños gestos


que podrían parecernos soberanas tonterías. Así, por ejemplo, en un estudio realizado

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 10


hace apenas un año y referenciado en el excelente blog Salud con cosas,
encontramos lo siguiente:

[...] los pacientes operados de microdisquectomía (extirpación de un


disco intervertebral o parte de él) lumbar por una hernia de disco
padecen menos dolor postoperatorio cuando se les entrega un recuerdo
de la operación. ¿Qué tipo de recuerdo? Un fragmento del disco que
retiran metido en un bote con una solución salina. Al parecer, los
pacientes ven en el “souvenir” una muestra de que la operación
fue un éxito y esa tranquilidad les calma el dolor.

Como comentan muy bien en La pella de Gofio, muy probablemente este fenómeno no
sea aislado y podría ser evidenciado en otros ámbitos mediante estudios:

De hecho, y sin haber realizado ningún estudio serio, me atrevo a


afirmar lo mismo de los cálculos biliares y las colecistectomías
(extirpación de la vesícula biliar). Hasta teníamos una “cantera de
reserva” para los casos de barro biliar. Tiempos pretéritos „of course‟.

Queda claro que seguimos siendo unos niños grandes. No nos atraen tanto las
tiritas con dibujos pero, placebilmente hablando, no sabemos decirle que no a un
buen souvenir y al “cura sana” de un médico entregado por nosotros.

Citar como:
Samper, E. (2010). Las extrañas formas del placebo. Reflepsiones [Revista electrónica], (15),
9-11. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

Revista: http://stores.lulu.com/reflepsiones

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 11


Características clínicas de la anorexia
Amelia Catalán Borja

Son los síntomas físicos, psíquicos y


comportamentales de las personas que padecen
anorexia:

Síntomas físicos:

 IMC menor de 17´5 o pérdida alarmante de


peso.
 Desnutrición, debida a la pérdida de peso.
 Amenorrea.
 Estreñimiento.
 Sequedad de la piel (piel seca y
descamada).
Flickr  Dolor abdominal.
 Intolerancia al frío.
 Hipotensión (tensión arterial baja).
 Bradicardia (ritmo cardiaco lento).
 Hipotermia.
 Presencia de lanugo (vello fino en el tronco).
 Uñas y cabello frágil y quebradizo.

Síntomas comportamentales:

 Negación del hambre y de la enfermedad (consideran su conducta alimentaria


normal).
 Restricción de alimentos que tengan un alto contenido calórico.
 Eliminación de alimentos mediante purgas o ejercicio físico.
 Hiperactividad tras la comida.
 Conducta alimentaria extraña, ritualismos: comer de pie, cortar la comida en
trozos muy pequeños, comer con las manos…
 Aumento del ejercicio físico.
 Incremento de las horas de estudio y de las actividades supuestamente útiles
(esto es debido a la dificultad para concentrarse por malnutrición,
obsesionalismo y falta de sueño).
 Irritabilidad.
 Pesarse compulsivamente.
 Evitación de comidas sociales.
 Aislamiento social (introversión y retraimiento social).

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 Uso de laxantes y diuréticos.
 Evitación de exposición del cuerpo (se esconden en ropa amplia, visten de
negro, evitan lugares como playas y piscinas…).
 Interés por temas relacionados con la nutrición y el peso.

Síntomas psíquicos (alteraciones cognitivas):

 Negación de las sensaciones corporales. Tienen dificultad para darse cuenta


de estados internos y sentimientos (hambre, ansiedad, tristeza…).
 Pensamiento dicotómico (“si no me controlo del todo, no me podré controlar en
absoluto”).
 Pensamiento erróneo (“para tener éxito tengo que ser delgada”).
 Abstracciones selectivas (“solo puedo controlarme a través de la comida”).
 Generalizaciones excesivas (“cuando comía hidratos de carbono estaba gorda,
por tanto debo evitarlos para no estarlo”).
 Magnificación de posibles consecuencias negativas (“si aumento 1 kilo de
peso, no lo podré resistir”).
 Ideas de autorreferencia (“cuando como me parece que todo el mundo me
mira”).
 Pensamiento supersticioso (“si como un dulce, se convertirá en seguida en
grasa en el estómago”).
 Lectura del pensamiento (“no me gusta que los demás me miren porque sé que
me comparan y me juzgan”).
 Adivinación del porvenir (“nunca tendré novio porque estoy gorda”).

Síntomas psicopatológicos:

 Perfeccionismo.
 Alteraciones de sueño.
 Dificultades de concentración y aprendizaje.
 Tristeza.
 Ansiedad.
 Culpabilidad.

CONSECUENCIAS DE LA ANOREXIA

Muchos enfermos de anorexia nerviosa comienzan con una dieta, realizando un


excesivo ejercicio físico… porque su objetivo es perder peso, ya sea restringiendo o
purgando. Pero lo que generalmente no piensan o no valoran tanto son los riesgos que
se corren con estas prácticas.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 13


Las consecuencias de las mismas estarán en función de la gravedad y duración de
trastorno.

Así, destacaríamos como consecuencias físicas de la anorexia:

 La disminución del ritmo cardíaco (bradicardia), la bajada de tensión arterial


(hipotensión) y arritmias pueden provocar un paro cardíaco y causar la muerte.
 Osteoporosis que implica la posibilidad de fracturas espontáneas, a causa de la
disminución del calcio (el hueso se seca y se vuelve frágil).
 Disminución del gasto energético y de la temperatura del cuerpo que produce
sensación de frío.
 Piel seca, áspera, quebradiza y fría especialmente en manos y pies. Sequedad
en la piel y en el pelo. Caída constante del pelo.
 Aparición del lanugo, vello fino y largo (tipo pelusa) que cubre todo el cuerpo
incluida la cara, buscando mantener todo el calor corporal posible.
 Estreñimiento que puede llegar a requerir el uso de enemas.
 Amenorrea.
 Debilidad y pérdida de masa muscular.

La gravedad de la anorexia está demostrada por la tasa de mortalidad, entre un 5% y


un 10%.

Referencias bibliográficas:

Abraham, S. y Llewellyn-Jones, D. (2005). Anorexia y bulimia. Madrid: Alianza


Editorial.

American Psychiatric Association (2002). DSM-IV-TR. Breviario. Criterios diagnósticos.


Barcelona: Masson.

Freire, E. (2007). Culpa. Trastornos de la Conducta Alimentaria, (5), 423-438.

Márquez Guerrero, M. (2005). La pena del espejo. Rasgos lingüísticos propios del
discurso de una paciente anoréxica. Trastornos de la Conducta Alimentaria, (1),
1-29.

Márquez Guerrero, M. (2006). La palabra de eco. Rasgos lingüísticos propios del


discurso de una paciente bulímica. Trastornos de la Conducta Alimentaria, (3),
208-227.

Toro, J y Vilardell, E. (1987). Anorexia nerviosa. Barcelona: Martínez Roca.

Vera Guerrero, M.N. (1998). El cuerpo, ¿culto o tiranía? Psicothema, 10(1), 111-125.

Citar como:
Catalán, A. (2010). Características clínicas de la anorexia. Reflepsiones [Revista electrónica],
(15), 12-14. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE
CONSULTA].

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 14


La vejez en positivo
Beatriz Sarrión Soro

Llega un punto a lo largo del ciclo vital en el que


nos preocupan cuestiones como la identidad:
¿Quién seré? ¿Quién soy? ¿Quién he sido?
Esta cuestión se nos puede plantear como una
sentencia angustiante o como una tranquila
reflexión dependiendo de cómo hayamos
afrontado el envejecimiento durante toda
nuestra vida, ya que en todo momento
envejecemos y no únicamente en la transición
de la edad adulta a la vejez propiamente. Sin
embargo, habitualmente suele ocurrir que es en
este momento en el cual tenemos mayor
conciencia del proceso de envejecimiento.

La vejez es un estado en la vida y el


envejecimiento un proceso que sucede a lo
Flickr largo del ciclo vital. Hay muchas teorías que
tratan sobre las causas ambientales o
genéticas del envejecimiento entre ellas encontramos:

 Teoría del uso y el desgaste: Según esta teoría, con el simple hecho de vivir
la vida, agotamos nuestros cuerpos. Sin embargo, en general, la analogía con
el agotamiento de una máquina no se sostiene. En muchos aspectos el cuerpo
humano es su propio taller o se repara muchas de sus piezas averiadas.

 Teoría celular: Según esta teoría, la senescencia es el resultado de la


acumulación de accidentes que tienen lugar durante la reproducción celular. En
todo el cuerpo, las imperfecciones celulares, así como la menor capacidad del
cuerpo para detectarlas y corregirlas, puede provocar cambios perjudiciales.

 Teoría del deterioro del sistema inmunológico: Algunos creen que la


decadencia del sistema inmunológico es la causa del envejecimiento, ya que
contribuye a la vulnerabilidad de las personas mayores frente a la enfermedad.

 Teoría del reloj biológico: Es posible que la duración máxima de la vida


humana esté determinada por una especie de reloj biológico que inicia el
proceso del envejecimiento en algún punto. Esta teoría está respaldada por
pruebas que aportan varias afecciones, como el síndrome de Down, que

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 15


provocan un envejecimiento prematuro y que tienen su causa en anomalías
genéticas.

En nuestra sociedad actual, existe la común creencia de que a partir de una


determinada edad empieza «la vejez», y que ello, conlleva pérdida, declive y deterioro.
La creencia más común en nuestra cultura es que la vejez implica estabilidad y parece
que existe una asociación inevitable entre vejez y enfermedad; lo que sería
coincidente con lo que sostienen las ciencias biomédicas. Sin embargo, la
investigación ha demostrado que lo que ocurre es que el individuo sigue
desarrollándose. De hecho, una de las características de la vejez es su variabilidad
porque los individuos llegan a esa edad con experiencias muy diferentes.

Desde la psicología, algunas veces, se asume erróneamente este modelo biomédico.


Sin embargo, hay que ser conscientes de que el ser humano no «termina» su
desarrollo cuando acaba su máxima maduración física, sino que el desarrollo dura
mientras sigan produciéndose las transacciones entre el organismo biológico y el
contexto sociocultural. El proceso de envejecimiento psicológico no ocurre de la misma
forma que el envejecimiento biofísico. Existen funciones psicológicas que declinan
muy tempranamente, una vez llegadas a su máximo desarrollo, y existen otras que se
mantienen e incluso se desarrollan a todo lo largo de la vida.

Es cliché muy común que la gente mayor está deteriorada, es incapaz de aprender
nuevas cosas, no pueden cuidarse a sí mismos, y son desagradables y regañonas.
Los datos con los que contamos nos indican que a todo lo largo de la vida existe una
amplia capacidad de aprendizaje, y que existe una extraordinaria variabilidad en la
vejez.

Esta visión estereotipada y negativa sobre los cambios en la vejez puede tener efectos
perversos en las personas. Vamos a comentar algunos de los resultados que
contradicen estos estereotipos y que demuestran que existen determinadas aptitudes
cognitivas, como la amplitud de vocabulario o los conocimientos, que no sufren ningún
declive hasta edades muy avanzadas e incluso otras funciones socioafectivas (como el
balance entre el afecto positivo y negativo) se articulan mucho mejor en la vejez.

Funciones cognitivas

 Los autores ponen de relieve que las personas mayores, a pesar de requerir un
mayor número de ensayos de aprendizaje y mayores tiempos de ejecución (en
comparación con las más jóvenes), tienen una amplia capacidad de
aprendizaje.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 16


 La inteligencia fluida empieza a declinar, a partir de los 30 años. Sin embargo,
la inteligencia cultural o cristalizada, una vez alcanzada una cierta meseta, se
mantiene constante o, incluso, puede ser incrementada hasta edades
avanzadas de la vida.

 Las personas mayores tienen una forma especial de resolver los problemas
que se puede relacionar con un concepto como la sabiduría. La sabiduría se
puede definir como un conjunto de conocimientos de experto en la pragmática
de la vida y se postula que pudiera ser un atributo que se diera con mayor
probabilidad en la vejez.

Funciones afectivas: La paradoja de la felicidad

Existe la creencia generalizada de que las personas mayores por sus circunstancias
vitales y sus posibles problemas físicos han de experimentar una afectividad
displacentera. Sin embargo, esto no es así, las personas mayores no expresan una
menor felicidad, bienestar o satisfacción con la vida cuando se las compara con las
más jóvenes. Las investigaciones ponen de manifiesto, que no existe influencia de la
edad en la expresión verbal de la experiencia de la felicidad. A este hecho -la falta de
incidencia de la edad en la percepción de bienestar- se le ha llamado la «paradoja de
la felicidad». Los estudios han llegado a los siguientes hallazgos:

1. Cuando se es mayor, se experimentan emociones con la misma intensidad y


los mayores sienten emociones positivas con igual frecuencia que los jóvenes.

2. Existen pruebas sólidas de que la experiencia emocional negativa se da en


mucha menor frecuencia a partir de los 60 años.

3. En la vejez existe una mayor complejidad y riqueza emocional, puesto que


existe una mayor «madurez» afectiva.

En definitiva, si en el mundo cognitivo ocurren cambios negativos debidos a la edad,


en el mundo afectivo parecen ocurrir cambios positivos esencialmente ligados a un
declive de la emocionalidad negativa que se debe a una mejor integración o
elaboración emocional.

Me gustaría resaltar la gran separación que existe entre lo que la experimentación


científica ha comprobado sobre el funcionamiento cognitivo y afectivo a lo largo de la
vida y el común sentir y pensar en nuestra sociedad. A pesar de los resultados de la
investigación, en nuestra cultura, persisten los estereotipos negativos sobre la vejez.
Estos estereotipos pueden convertirse en profecías que tienden a su autocumplimiento

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 17


o desencadenar actitudes negativas que, a veces, provocan desigualdades sanitarias
o sociales.

Referencias:

Berger, K.S. y Thompson, R.A. (2001). Psicología del desarrollo: adultez y vejez.
Madrid: Panamericana.

Fernández-Ballesteros, R. (1996). Psicología del envejecimiento: Lección Inaugural del


Curso Académico 1996-1997. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

Citar como:
Sarrión, B. (2010). La vejez en positivo. Reflepsiones [Revista electrónica], (15), 15-18.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

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REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 18


Adicción al trabajo
Luis Aparicio Sanz

La adicción al trabajo resulta difícil


de identificar puesto que, en
nuestra sociedad, para muchos es
la única forma de conseguir el éxito
y suele conllevar recompensas
económicas (Fossum y Mason,
2003), logrando a menudo, a
diferencia de otras adicciones,
consenso familiar y social (Burin,
2007). No obstante, una “pasión”
por el trabajo no implica siempre
Flickr una adicción, también puede ser
una inversión en un trabajo o carrera estimulante que se realiza disfrutando de dicha
actividad. El problema viene cuando esa dedicación al trabajo es excesiva
reemplazando las relaciones personales y el sujeto no puede dejar de pensar en sus
proyectos de trabajo, no sólo cuando está trabajando sino también cuando termina la
jornada laboral y se encuentra en su tiempo libre. Cuando alguien centra toda su
autoestima e identidad en su trabajo quiere decir que éste se ha convertido en una
adicción (Fossum y Mason, 2003).

De una revisión de las definiciones propuestas por diversos autores, se puede


establecer que el adicto al trabajo se caracteriza por una excesiva dedicación laboral,
sacralizando la actividad laboral como el único fin de su vida, con desinterés por todo
lo que no sea su trabajo e incapacidad para dejar de trabajar (Alonso-Fernández,
2008; LLaneza, 2009; Polaino-Lorente, 2003; Salanova, 2007), siendo los criterios
que lo definen los siguientes:

1. Extrema actitud laboral.

2. Dedicación excesiva en tiempo y esfuerzo.

3. Un cierto trastorno compulsivo e involuntario a continuar trabajando (criterios


inclusivos).

4. Un desinterés general por cualquier otra actividad (ocio, familia, deportes,


amistades, etc.), que no sea la estrictamente laboral (criterio exclusivo).

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 19


Las características más destacables son (Llaneza, 2009):

 Sentir preocupaciones agobiantes durante el fin de semana.


 Incapacidad para tomarse vacaciones o descansar.
 Imposibilidad de abandonar al final de la jornada un trabajo inacabado.
 Ponerse nuevos trabajos para realizar en los periodos de descanso.
 Ser incapaz de rechazar ofertas de trabajo adicional.
 Experimentar que el tiempo pasa muy rápido cuando se trabaja.
 Ser competitivo en cualquier actividad.
 Mirar impaciente el reloj.
 Ser acusado por los familiares y amigos de que dedica más tiempo al trabajo
que a ellos.
 Experimentar cansancio e irritabilidad si no se trabaja durante los fines de
semana.
 Quedarse el último en la empresa.
 Evitar la delegación.
 Limitar las lecturas a temas laborales.
 Tener problemas para relajarse.
 Trabajar con tensión.
 Comunicarse mejor en la empresa que fuera de ella.

Fernández-Montalvo y López-Goñi (2010), sintetizan lo expuesto por otros autores,


señalando que las características que definen dicha adicción son:

a) Implicación elevada en la actividad laboral.


b) Impulso a trabajar debido a presiones personales o internas.

c) Poca capacidad para disfrutar de la tarea realizada.

d) Búsqueda de poder o prestigio.

También recopilan las principales señales de alarma en relación con la


dependencia del trabajo que son las siguientes:

1. Prisa constante y ocupación continua. Los adictos al trabajo tienen un


sentimiento constante de urgencia de tiempo, así como la necesidad de estar
implicados en un mínimo de dos o tres tareas simultáneamente y de rechazar
actividades no directamente productivas.

2. Necesidad de control. La rigidez de pensamiento lleva a planear y organizar


excesivamente todo lo que acontece, de forma que todo sea predecible y
controlable. No es frecuente la delegación del control en otras personas.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 20


3. Perfeccionismo. El miedo al fracaso impone un control estricto, un alto nivel
de exigencia y una intolerancia a los errores.

4. Dificultades en las relaciones personales. Al estar los sujetos


constantemente inmersos en el trabajo, no hay apenas espacio para las
relaciones interpersonales, que se consideran como una pérdida de tiempo.

5. “Embriaguez” de trabajo. Es frecuente la alternancia de etapas de


sobreimplicación en el trabajo -similar a un episodio de embriaguez- con otras
de reducción drástica del nivel de actividad -como la resaca tras una
borrachera-, que es resultado de un agotamiento patológico y de una falta de
descanso, tanto físico como intelectual.

6. Dificultad para relajarse y divertirse. El ocio se percibe como una pérdida de


tiempo. Las lecturas, por ejemplo, suelen estar relacionadas con temas
profesionales. La obsesión por hacer cosas, en lugar de relajarse y disfrutar, es
asombrosa.

7. Pérdidas parciales de memoria. Son fruto del agotamiento y de la atención


simultánea a muchos asuntos. No son infrecuentes los olvidos de fechas y
temas relacionados con la vida familiar y social (aniversario de boda,
cumpleaños de los niños, etc.).

8. Impaciencia e irritabilidad. Al ser el tiempo una posesión muy preciada,


carecen de paciencia y se irritan fácilmente si se les hace esperar o se abordan
temas en una conversación que no son directamente de su interés.

9. Déficit de autoestima. El sentimiento de baja autoestima les conduce


ansiosamente a la obtención de logros, que consiguen aumentar, pero sólo
transitoriamente, los sentimientos de valía personal.

10. Inatención a las necesidades de salud. Son frecuentes una amplia variedad
de problemas físicos (obesidad, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo,
hipertensión, etc.), así como un descuido de las necesidades personales de
salud (horas de sueño, descanso regular, chequeos periódicos, etc.).

Evolución progresiva del enganche adictivo al trabajo

Según Alonso-Fernández (2008), el proceso progresivo de la adicción al trabajo suele


atenerse a la ordenación jalonada en las cuatro secuencias siguientes:

 Estadio inicial: comportamiento despótico con la familia y los subordinados y


entrega total al trabajo persiguiendo un interés personal. La manifestación más

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 21


relevante es la de dedicar todo su tiempo al trabajo y prodigar a las personas
que dependen de él un trato brusco y autoritario.

 Estadio del cuadro de estado: síndrome de estrés asociado con el descenso


de la capacidad laboral, pronto convertido en un estado depresivo anérgico. En
esta segunda secuencia, concomitante con el descenso de su rendimiento
laboral, se erosionan las relaciones con los jefes y los compañeros y aparece el
cuadro clínico del síndrome de estrés, que el propio adicto trata de corregir
recurriendo a la automedicación o a las drogas. El síndrome de estrés,
integrado por sintomatología psíquica, vegetativa, analítica y laboral adopta con
relativa prontitud la forma de una depresión anérgica. El cuadro clínico de este
estado depresivo parcial está integrado por elementos de apatía y astenia. El
sujeto no se siente triste sino habitualmente cansado, agotado o aburrido. El
rendimiento laboral experimenta un profundo descenso y se acumulan los
errores y la propensión a los accidentes.

 Estadio de las complicaciones: trastornos psicosomáticos, adicción o abuso


de drogas (alcohol, tabaco, cannábicos, anfetaminas u opiáceos), adicción
social (sobre todo al juego o al sexo) o automedicación anárquica estimulante
por el día y sedante por la noche. En esta tercera secuencia aparecen otras
adicciones químicas o sociales y de trastornos psicosomáticos sobre todo
digestivos, al tiempo que se acentúa la sintomatología depresiva y en una alta
proporción de casos el estado depresivo se vuelve total, o sea,
tetradimensional.

 Estadio final: cuadro cardiológico o cerebrovascular. La progresión culmina en


algunos laboroadictos en la cuarta secuencia, caracterizada por la presentación
de una crisis coronaria aguda (una angina de pecho causada por un trombo
lábil o un infarto de miocardio determinado por un trombo extenso y duradero),
un accidente cerebrovascular o incluso una muerte repentina. Puede
mantenerse la sospecha de que el 20% de los enfermos coronarios interviene
como la causa fundamental de su cardiopatía isquémica la adicción al trabajo
instalada en una fase evolutiva muy avanzada. La plataforma para la irrupción
de una enfermedad coronaria aguda (angina, infarto) no puede ser entonces
más propicia, dada esta conjunción de factores de riesgo: el género masculino,
la obesidad o el aumento de masa corporal, el sedentarismo, la conducta
alimenticia hiperfágica, el estado mental integrado por el síndrome de estrés o
la depresión anérgica, la hipertensión arterial, la aceleración del ritmo cardíaco
(por descarga adrenérgica), el aumento del colesterol global, la elevación de
las lipoproteínas de baja densidad, el exceso de triglicéridos, la tasa de
glucemia diabética o diabetoíde, el abuso de fármacos o drogas, el consumo
de tabaco o un programa de vida inadecuado o irregular.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 22


Tipología

Naughton (1987, citado en Llaneza, 2009) distingue cuatro tipos de adictos al trabajo
en función de dos variables: compromiso con el trabajo y obsesión-compulsión.

 Ergomaníaco comprometido: que puntúa bajo en obsesivo-compulsivo;


dedica muchas horas al trabajo, con mucha motivación por los objetivos;
asume los desafíos; está muy satisfecho con su trabajo y le presta poca
atención a las demás cosas.

 Ergomaníaco compulsivo: alta puntuación en dedicación y en obsesión;


suele tener dificultades para relacionarse con los compañeros y subordinados;
son personas muy impacientes, llenas de manías o pautas, entienden que las
actividades sociales y familiares son un enojo y no tienen adecuación entre el
puesto que ocupan y las horas que dedican a su trabajo.

 No ergomaníaco compulsivo: baja puntuación en dedicación y alta en


obsesión; considera el trabajo como algo que hay que llevar a cabo pero se
compromete de manera obsesiva con actividades fuera del trabajo (hobbies,
deportes, etc.).

 No ergomaníaco: baja puntuación en las dos variables; no busca el logro


personal a través del trabajo, se desentiende de él cuando acaba su jornada
establecida; su motivación la encuentra fuera del trabajo.

La adicción al trabajo no solo perjudica las relaciones familiares y sociales de la


persona, también puede llevar a enfermar y a la muerte, o al suicidio. De hecho, en
Japón, a finales de los 90, la palabra Karoshi, que significa “muerte por agotamiento
debido al exceso de trabajo”, se acuñó como “término médico social que comprende
los fallecimientos o incapacidades laborales de origen cardiovascular -como accidente
cerebro vascular, infarto de miocardio o insuficiencia cardiaca aguda- que pueden
producirse cuando el trabajador se ve sometido a una intensa presión de trabajo”
(Llaneza, 2009).

Por otra parte, la adicción al trabajo tiene también su impacto sobre el resto de
miembros de la familia con la que convive el adicto. Algunos autores (Robinson y
Kelley, 1998, citado en Del Líbano, Llorens, Schaufeli y Salanova, 2006b) señalan que
“los padres adictos al trabajo crean un ambiente familiar que incrementa la
probabilidad de generar problemas psicológicos en los hijos, como mayores ansiedad
y depresión”. Además, “las parejas de los adictos al trabajo (las esposas,
concretamente) se sienten ignoradas, solas; relegadas a las demandas de los adictos,
controladas, necesitadas de atención, consideran que su relación es demasiado seria

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 23


y se sienten culpables e inseguras respecto de su propia salud mental” (Robinson,
2000, citado en Del Líbano, Llorens, Schaufeli y Salanova, 2006b).

¿Las empresas fomentan la adicción al trabajo?

Según el Instituto Nacional de Administración Pública (2005), al contrario de lo que


suele suponerse, “cada vez son más las empresas que tratan de disuadir a quienes
padecen esta adicción. La razón está en que las organizaciones prefieren contar con
empleados capaces de mantener un equilibrio entre sus distintos ámbitos vitales”.

No obstante, hay empresas más rígidas o menos flexibles, que tienen una cultura de
trabajo obsesivo, para las que “trabajar” un gran número de horas (cultura de
presencia) significa tener una alta dedicación al trabajo e implica una mejor promoción
profesional. Cuando alguien se va del trabajo a la hora de salida que corresponde
según su horario laboral, estas empresas lo interpretan como una falta de motivación
que, en ocasiones puede ser penalizada haciendo más difícil la promoción profesional.
En este tipo de empresas, los altos ejecutivos son determinantes para fomentar esa
“cultura de presencia”, que no significa que sea más productiva sino más bien al
contrario, debido a sus hábitos de trabajo y sus exigencias sobre los subordinados, lo
que acaba generando la adicción al trabajo entre muchos de sus empleados, puesto
que convierten a los adictos al trabajo en modelos a seguir por el resto de sus
compañeros, en lugar de recomendarles que traten su adicción para conseguir un
equilibrio en su vida que les permita incrementar su productividad sin olvidarse de su
familia, amigos y aficiones.

El desequilibrio entre el ámbito profesional y el personal, además de perjudicar la


productividad laboral, puede llegar a provocar problemas muy importantes, tanto en la
salud (estrés, depresión, etc.) como en las relaciones familiares (escasa dedicación a
los hijos y a la familia) y sociales (abandono de amigos y de todo tipo de relaciones
sociales que no tengan que ver con el trabajo).

Para evitar esto, las empresas deben racionalizar los horarios para lograr la
conciliación entre la vida personal, familiar y laboral, mejorando de esta forma su
calidad de vida, lo que acabará repercutiendo, a la larga, en la mejora de la
productividad de las empresas que cambien esa “cultura de presencia” que tanto
perjudica a los trabajadores y, de rechazo, a las empresas.

Actualmente, a pesar de lo que hemos visto que recomienda el Instituto Nacional de


Administración Pública (2005), en España todavía nos encontramos con demasiadas
empresas que fomentan esa “cultura de presencia”, con demandas laborales que
pueden potenciar la adicción al trabajo (Del Líbano, Llorens, Schaufeli y Salanova,
2006a), en detrimento de la vida personal de sus trabajadores, lo que últimamente

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 24


puede haberse incrementado debido a la crisis económica que estamos viviendo y que
lleva a los trabajadores a no oponer resistencia, por temor a perder su trabajo, ante las
presiones de los ejecutivos adictos al trabajo que pretenden “contagiar” a la fuerza su
adicción a todos sus subordinados. Probablemente a esos ejecutivos les iría bien leer
lo que señalan Lopera y Bernal (2005):

“La principal diferencia entre una persona que ama su trabajo y un


adicto, es su motivación. Una persona equilibrada, aunque tenga un
gran volumen de trabajo nunca se olvida de su tiempo libre, cultiva sus
relaciones personales y familiares y mantiene sus aficiones. Por ello,
busca métodos de trabajo que le optimicen el tiempo, que lo hagan más
eficaz en la toma de decisiones y que le permitan manejar lo urgente y
lo importante. Esa eficacia es lo que hace de él un buen profesional (…)

Es importante no confundir la motivación por el trabajo duro con la


adicción al trabajo. No todo adicto al trabajo presenta una sana
motivación. Puede que esa adicción sea un escape para ocultar
problemas personales o evadir problemas familiares. Para el adicto al
trabajo su profesión lo es todo, pero a menudo es infeliz en su muy
escasa vida privada.”

Tal vez esos ejecutivos deberían preguntarse de qué problemas personales o


familiares están huyendo e intentar solucionarlos, en lugar de pretender que sus
subordinados acaben teniendo también problemas por tener que sacrificar su vida
personal al verse obligados a dedicar casi todo su tiempo a la empresa. Si realmente,
como suelen afirmar, lo hacen para mejorar los resultados de su empresa… están
haciendo lo contrario de lo que sería eficaz para lograrlo.

¿Hay aspectos positivos en la adicción al trabajo?

Muchas de las investigaciones realizadas han encontrado que la adicción al trabajo se


caracteriza sobre todo por un patrón negativo, predominando variables como la
ansiedad (Porter, 1996, citado en Del Líbano, Llorens y Salanova, 2007), pero también
encontramos algunas investigaciones que destacan los aspectos positivos de la
adicción al trabajo y que conviene mencionar.

Del Líbano, Llorens y Salanova (2007), han obtenido resultados que ponen de
manifiesto que “los adictos al trabajo en general presentan un patrón caracterizado por
el bienestar (con puntuaciones significativas en satisfacción, interés, dedicación y
placer, entre otros)”, aunque en otro estudio se había confirmado que “los adictos al
trabajo son los menos satisfechos fuera de su vida laboral” (Del Líbano, Renedo,
Llorens y Salanova, 2005). Por ello, se preguntan si es mejor fomentar dicha adicción

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 25


para aprovecharse de sus consecuencias positivas o, por el contrario, tratar de
prevenirla para que no lleguen a desarrollarse sus efectos adversos.

La clave, que nos aclara el bienestar de los adictos al trabajo encontrado en algunas
investigaciones, nos la proporcionan Del Líbano, Rodríguez, Llorens, Cifre y Salanova
(2006), que explican cómo ese bienestar que puede sentirse en un principio cuando se
trabaja en exceso, acaba más adelante desembocando en un fenómeno de naturaleza
negativa, la adicción al trabajo. Estos autores indican que las características de las
personas que están en flow (una experiencia óptima, extremadamente disfrutada en
la que se experimenta total concentración y disfrute, con un alto interés por la
actividad) son las siguientes:

 Absorción en su trabajo: hace referencia al estado de total concentración,


donde los empleados están totalmente inmersos en su trabajo, sienten que el
tiempo vuela, y olvidan lo que pasa a su alrededor. Se encuentra presente en
muchos casos de adicción ya que sería la responsable de que el adicto pueda
desempeñar su trabajo en cualquier momento y lugar sin ser consciente del
paso de las horas.

 Disfrute con lo que hacen: es el sentimiento positivo que ocurre cuando el


desempeño de una actividad está lleno de placer, divertimento y la realización
de la tarea proporciona al individuo sentimientos de satisfacción. También
puede estar presente en el inicio de la adicción al trabajo, donde el mero hecho
de realizar la actividad le pueda suponer al empleado un grado de placer
elevado.

Como vemos, el flow (o fluir) y la adicción al trabajo, tienen cierta relación que lleva a
pensar que los adictos al trabajo, en un principio, han podido ser trabajadores que han
experimentado flow de forma continuada, aunque en el desarrollo de dicha adicción
también pueden influir otros factores. Estas experiencias positivas iniciales, debido a
sus fuertes dosis de recompensa, harían que el trabajador dedicase más horas a su
trabajo, aunque al principio sería capaz de desconectar al final de su jornada laboral y
dedicarle tiempo a su vida privada (familia, amigos, aficiones…). Posteriormente, llega
un momento en el que el trabajador ya no trabaja para experimentar esos episodios de
placer sino para evitar sentirse mal, puesto que necesita reducir la ansiedad del
impulso de trabajar, es decir, el trabajo se habría convertido en una adicción que aleja
al adicto de lo que sería un buen trabajador o un “trabajador saludable” que, aparte de
su rendimiento en el ámbito laboral, debe tener una buena calidad de vida (laboral y en
su vida privada).

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 26


Remedios para la adicción al trabajo

Alonso-Fernández (2008), advierte que “el adicto al trabajo es un enfermo de


recuperación muy difícil”, enfrentándose con dos escollos fundamentales que se
oponen al tratamiento:

1. Resistirse a aceptar el inicio del tratamiento, puesto que no se reconoce a sí


mismo como enfermo.

2. La conducta del sujeto rígida o anárquica que le impide efectuar un adecuado


seguimiento de las prescripciones terapéuticas y adaptarse a la remodelación
de su estilo de vida.

Si el adicto al trabajo logra vencer ambos escollos, se afianza la expectativa de


obtener un resultado terapéutico favorable.

El tratamiento del adicto al trabajo se sistematiza en una intervención triple:

1. La farmacología se encargará de aportar productos de tres tipos: estimulantes


del sistema serotoninérgico, productos antiadictivos (naltrexono, acamprosato,
topiramato, fluoxetina en dosis alta) y sustancias facilitadoras del autocontrol.

2. La psicoterapia, con una técnica comprensiva híbrida integrada por las


modalidades cognitivo-comportamental, adleriana y existencial.

3. La socioterapia, para conducir a una distribución adecuada del tiempo y a una


reorganización del plan de vida, en cuya tarea puede colaborar alguna
asociación de autoayuda.

La comprensión del adicto al trabajo, escuchándole y tratando de captar sus


motivaciones, lleva al enfermo a comprenderse a sí mismo e incluso a
automentalizarse considerándose como un enfermo apresado por una conducta
adictiva patológica.

El diseño del tratamiento debe personalizarse, teniendo en cuenta la personalidad, el


ambiente, la fase evolutiva de la adicción y el tipo de complicaciones; siendo estos
factores muy diferentes de unos individuos a otros, por lo tanto los tratamientos
también deberán ser distintos. Sin embargo, algo esencial y válido para todos los
individuos es que “sin un profundo cambio del estilo de vida laboral, el tratamiento
nunca alcanzará un punto de efectividad suficiente. Por ello, hay que dedicar una
especial atención a confeccionarle una agenda de actividades ajenas al trabajo, como
la dedicación a la familia y a los amigos, el paseo o el deporte, algún pasatiempo, la
lectura o la participación en actos culturales”.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 27


Cuando se inicia el tratamiento del adicto al trabajo, se debe indagar para tratar de
detectar sintomatología expresiva del síndrome de estrés o del estado depresivo y de
sus posibles complicaciones, como el abuso de alcohol o de otras drogas y el trastorno
psicosomático. Si se verifica la presencia de alguno de estos trastornos, además de
las medidas generales señaladas, habrá que añadir el tratamiento específico
correspondiente.

Referencias:

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felicidad. Madrid: Díaz de Santos.

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trabajo: acciones preventivas (II). Gestión Práctica de Riesgos Laborales, (28),
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Obtenido el 16 de febrero de 2010, de http://bscw.uji.es/pub/bscw.cgi/d331223

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Llaneza, F.J. (2009). Ergonomía y psicosociología aplicada. Manual para la formación


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Lopera, J. y Bernal, M.I. (2005). Y ¿de quién es la culpa? Bogota, Colombia:


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Polaino-Lorente, A. (2003). La personalidad hoy: entre la autoafirmación y la


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Veintiocho de Abril. Revista Digital de Prevención, 1(3). Obtenido el 16 de
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mero=1&id=125

Citar como:
Aparicio, L. (2010). Adicción al trabajo. Reflepsiones [Revista electrónica], (15), 19-29.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 29


Características clínicas de la bulimia
Amelia Catalán Borja

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA
BULIMIA

La definición de la OMS para la bulimia


nerviosa: es un síndrome caracterizado por
episodios repetidos de atracones de comida y
una excesiva preocupación por el control del
peso, que conduce a comer demasiado y a
continuación vomitar y tomar purgantes.

Este trastorno comparte muchos rasgos


característicos psicológicos con la anorexia,
que incluye una excesiva preocupación por la
silueta y el peso corporal.

Los vómitos repetidos provocan trastornos


Flickr electrolíticos y complicaciones físicas. A
menudo, pero no siempre, existen
antecedentes de anorexia nerviosa unos meses o unos años antes.

Entre los criterios del DSM-IV para el diagnóstico de la bulimia nerviosa destacan
las siguientes características:

 Presencia de atracones recurrentes. Esto implica que:

o Consumen rápidamente una gran cantidad de comida (atracón) en un


corto periodo de tiempo (menos de dos horas).

o Sienten que les falta el control de su comportamiento alimentario


durante los atracones.

 Conductas compensatorias inapropiadas.

Toman medidas regularmente para impedir la ganancia de peso, tales como el


vómito provocado, el abuso de laxantes o diuréticos, regímenes estrictos,
ayunar o practicar ejercicio vigoroso.

Pueden seguir un régimen estricto entre los atracones, o pueden hacer una
cantidad excesiva de ejercicio. Pero si de este modo no controlan el peso,

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 30


recurren a métodos más peligrosos para reducir su peso. Pueden lograrlo
induciéndose el vómito o tomando grandes cantidades de laxantes.

Más de la mitad de los pacientes con bulimia induce el vómito durante y al final
de cada atracón. Algunos bulímicos encuentran que el vómito les produce tanto
“alivio” que se dan el atracón para luego poder vomitar.

 Se dan como promedio al menos dos atracones por semana durante por lo
menos tres meses.

 Tienen una preocupación exagerada por su peso y forma corporal.

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LA BULIMIA

Hacen referencia a aquellos síntomas físicos, conductuales y cognitivos de aquellos


que padecen bulimia nerviosa.

Síntomas físicos:

 Fuertes dolores de cabeza.


 Pérdida del esmalte dental debido a los vómitos.
 Reglas irregulares.
 Pérdida del cabello.
 Vómitos y diarreas.
 Fluctuaciones del peso.
 Mareos debidos a la hipotensión (tensión arterial baja).
 Aumento de tamaño de las glándulas salivares, sobre todo de la parótida.
 Callosidades en la parte dorsal de las manos (debido a los traumatismos
provocados por la dentadura).
 Estreñimiento.
 Esofagitis.
 Debilidad muscular.
 Calambres y parestesias.

Síntomas comportamentales:

 Ciclos dieta-atracón.
 Descontrol de impulsos, conductas desordenadas.
 Conductas purgativas. Uso de laxantes, diuréticos, vómitos provocados…
 Falta de habilidades para enfrentarse a los problemas.
 Poco manejo emocional.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 31


 Conducta alimentaria extraña: comer a escondidas, ingerir gran cantidad de
comida…).
 Pesarse frecuentemente.
 Evitación de exposición del cuerpo (se esconden en ropa amplia, visten de
negro, evitan lugares como playas y piscinas…).
 Interés por temas relacionados con la nutrición y el peso.

Síntomas psíquicos (alteraciones cognitivas):

 Lectura del pensamiento (“cuando un chico me mira sé que está pensando que
estoy gorda”).
 Pensamiento dicotómico (“si no estoy delgada, entonces estoy gorda”).
 Catastrofismo (“me he comido un caramelo, no tengo fuerza de voluntad, soy
débil”).
 Pensamiento mágico (“si bajo de peso podré ser admirada por mis amigas
porque estaré delgada”).
 Generalización excesiva (“me he saltado la dieta, nunca podré llevarla bien”).
 Desconfianza hacia los demás.
 Pocas habilidades sociales.
 Autoestima baja.

Síntomas psicopatológicos:

 Ansiedad.
 Fobia social.
 Fobia a ganar peso.
 Irritabilidad.
 Conductas autolesivas.

CONSECUENCIAS DE LA BULIMIA

A nivel físico podemos encontrar los siguientes signos en personas enfermas de


bulimia nerviosa:

 Pérdida irreversible del esmalte de dientes.


 Daños en la garganta, el paladar y las encías.
 Las facciones del rostro se redondean debido al aumento de las glándulas
salivares.
 Debilidad muscular, hormigueos y calambres (por disminución de sodio).
 El cuerpo se deshidrata.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 32


 Alteraciones digestivas: hernia de hiato, perforación del esófago, colon irritable,
reflujo gastrointestinal, etc. (por el reflujo gastro-esofágico el cuerpo se
acostumbra a vomitar espontáneamente, sin tener que hacer ningún esfuerzo).
 Diarreas y dolores abdominales.
 Alteraciones cardíacas y del metabolismo. (disminución de la tensión arterial,
aumento de la frecuencia cardiaca, aparición de arritmias cardiacas,…)
 Amenorrea o reglas irregulares.
 Si se abusa de diuréticos se puede llegar a sufrir daños en el aparato urinario.
 Callosidades y erosiones en las manos en el punto de roce contra los dientes
cuando se usan para provocarse el vómito.

La tasa de mortalidad en bulimia nerviosa no se conoce, aunque se sabe que es


menor que la de la anorexia.

Referencias bibliográficas:

Abraham, S. y Llewellyn-Jones, D. (2005). Anorexia y bulimia. Madrid: Alianza


Editorial.

American Psychiatric Association (2002). DSM-IV-TR. Breviario. Criterios diagnósticos.


Barcelona: Masson.

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Citar como:
Catalán, A. (2010). Características clínicas de la bulimia. Reflepsiones [Revista electrónica],
(15), 30-33. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE
CONSULTA].

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 33


Timidez en la infancia
Amparo Puig Ricart

La timidez se define como un patrón de conducta


caracterizado por un déficit de relaciones
interpersonales y una tendencia estable y acentuada
de escape o evitación del contacto social con otras
personas. En la timidez el grado de malestar puede
ser fuerte, existe una notable incomodidad, pero,
inicialmente no es incapacitante, ya que no interfiere
gravemente con el progreso académico y la
adaptación social del niño.

Las principales manifestaciones de la conducta


tímida son:

Flickr  Déficit o carencia de conductas de interacción


con compañeros y adultos.

 Conductas de ansiedad, miedo y temor ante situaciones interpersonales


habituales y situaciones que impliquen evaluación junto a síntomas
psicofisiológicos. Con el tiempo se llega a evitar y/o escapar en lo posible.

 Problemas relativos al concepto de sí mismo y a la afectividad.

Existen varias teorías etiológicas acerca de las conductas de timidez:

1. Psicobiológicas: Suponen una predisposición hereditaria temperamental:

 Se encuentran diferencias individuales en recién nacidos en actividad


motora, irritabilidad y tipo de reacción ante acontecimientos nuevos.

 Se descubre un rasgo de inhibición ante lo desconocido. Se refiere a un


umbral excesivamente bajo de activación psicofisiológica ante estimulación
social nueva que se manifiesta en rubor, taquicardia y lentitud en la
reducción de dicha activación.

 El grado de timidez de los hijos es inversamente proporcional al grado de


sociabilidad de las madres.

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 34


 El tipo de temperamento del niño puede determinar el tipo de
comportamiento de los padres y cuidadores (un niño inhibido provoca en los
padres menos conductas de atención).

2. Aprendizaje: Déficit de habilidades e interferencia:

 No cuentan en su repertorio con las habilidades necesarias para establecer


y mantener relaciones sociales.

 El niño puede tener esas habilidades, pero no las pone en juego por
ansiedad, autoverbalizaciones negativas, creencias irracionales,
pensamientos autoderrotistas o autoconciencia excesiva.

3. Interactivas: Combina variables intraindividuales (predisposición genética),


interindividuales (primeras experiencias de aprendizaje y todo lo relacionado
con el apego) y ambientales (las interacciones tempranas son cruciales para
favorecer y reforzar la predisposición biológica o bien para reducirla y
minimizarla).

 Por contacto directo, observación o información, el niño va manteniendo o


modificando su repertorio inicial.

 El repertorio inadecuado hará que las situaciones sociales se vean como


amenazantes.

 El fracaso hará que el niño crea que no es capaz de enfrentarse a los retos
interpersonales y la conducta inhibida y tímida se desarrollará y
consolidará.

Citar como:
Puig, A. (2010). Timidez en la infancia. Reflepsiones [Revista electrónica], (15), 34-35.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 35


EVENTOS DEL
CENTRE DE PSICOLOGIA
CLÍNICA I FORMATIVA

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 36


REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 37
SOBRE LOS AUTORES

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 38


Sobre los autores
Amelia Catalán Borja
 Licenciada en Psicología.
 Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
 Máster en Psicología Clínica y de la Salud.
 Especialista Universitario en Hipnosis Clínica.
 Experta en Técnicas Gerontológicas.
 Postgrado en Intervención Psicopedagógica en Contextos Escolares.
 Postgrado en Intervención Social con Menores (Reconocido por la Conselleria de Benestar
Social de la Generalitat Valenciana).
 Ponente del personal sanitario del Servei Valencià de Salut en la Comunidad Valenciana.
 Directora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa de Valencia (CPCiF).
 Tutora externa del módulo “Practicum en Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico” de
la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia.
 Colaboradora activa del Centro de Psicología Especializada (C.P.E.).
 Miembro investigador en la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia.

Amparo Puig Ricart


 Licenciada en Psicología.
 Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
 Máster en Psicología Clínica.
 Psicóloga del Centre de Psicologia Clínica i Formativa (CPCiF).
 Profesora del Máster de Psicología Clínica del área infanto-juvenil (CPCiF).
 Profesora del Máster de Psicología Clínica del área de trastornos de ansiedad (CPCiF).

Beatriz Sarrión Soro


 Licenciada en Psicología.
 Máster en Psicología Clínica.
 Colaboradora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa (CPCiF).

Esther Samper Martínez


 Licenciada en Medicina.
 Coordinadora, redactora y responsable de la sección de Salud del medio digital Soitu.es
(Octubre 2007-Octubre 2009).
 Administradora y creadora de la comunidad Hispaciencia.
 Colaboración literaria con Medical Reports, revista médica de la farmacéutica Genetikapharma
(2008).
 Divulgadora científica freelance en el ámbito biosanitario.
 Finalista Prensa Escrita en los Premios Boehringer Ingelheim al Periodismo en Medicina 2009.

Luis Aparicio Sanz


 Licenciado en Psicología, Especialidad Clínica.
 Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
 Especialista Universitario en Hipnosis Clínica.
 Profesor del Máster de Psicología Clínica del área de técnicas de relajación e hipnosis (CPCiF).
 Profesor del Curso de Experto en Hipnosis Aplicada en las Terapias Psicológicas (CPCiF).

REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 39


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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REFLEPSIONES Nº 15 Febrero 2010 40


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Esta revista pretende recoger noticias, comentarios, artículos, etc., relacionados con la
psicología, intentando informar tanto a profesionales, como a pacientes y público en
general. La mayoría del contenido de esta revista corresponde a entradas publicadas en el
blog Reflepsiones.

Parte de una propuesta realizada por el Centre de Psicologia Clínica i Formativa (Valencia-
España) a los profesionales que, de una u otra forma, colaboran con dicho centro, para que
aporten información y reflexiones sobre los temas psicológicos que consideren oportunos,
siendo todos sus autores profesionales del ámbito sanitario o de la psicología.

Los artículos y opiniones escritas en esta revista, y sus derechos, pertenecen a los autores
que las han publicado.

Para cualquier tema relacionado con esta publicación puede dirigirse al responsable
escribiendo al siguiente correo electrónico:

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