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Fue Jess desde Galilea al Jordn y se present a Juan, para que lo bautizara.

Pero Juan intentaba disuadirlo diciendo:

Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, Y tu acudes a m?

Bautizado Jess, sali del agua; se abri el cielo y vio al Espritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre l.
Y una voz que sala de los cielos deca:

Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto


(Mt 3, 13-17)

Jess, viene de Galilea y se presenta a Juan para ser bautizado por l.

El dilogo refleja
la superioridad del Mesas

y el humilde puesto
que corresponde al Bautista.

Jess tiene conciencia de su misin, revelada por la visin del Espritu que desciende sobre l.

La presencia de Dios reconoce a Jess como su hijo amado.

Jess no necesitaba ser lavado de sus culpas. Su bautismo no es un rito de purificacin, sino la hora primera de su manifestacin.

l no es limpiado de un pecado inexistente.


A nosotros se nos presenta el enviado.

EL AMADO Y LOS AMADOS

Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto

En el bautismo de Jess, Dios se nos manifiesta como Padre. En Jess se nos revela definitivamente una paternidad que ya la historia de Israel nos haba hecho sospechar.

Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto

El amor de Dios no le librar de la dificultad, del dolor y de la muerte.

A l se dirigen estas palabras que se aplicaban al siervo sufriente de Dios.


(cf. Is 42,1)

Dios nuestro, que en el bautismo de Jess quisiste revelar que l era tu Hijo amado envindole tu Espritu: concede a tus hijos adoptivos, renacidos del agua y del Espritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Amn.

Texto: Jos Romn Flecha Andrs Palabra del Seor, Salamanca , Editorial. Secretariado Trinitario,2007 Presentacin: Antonia Castro Panero

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