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“Por tu mundo libre de quejas” (21 DIAS)

Quejarse es fácil. Simplemente se requiere de un cómodo sillón y de


un mínimo de ejercicio de reflexión. Nunca nos han faltado
argumentos para quejarnos: Que si no me gusta, que podría hacer
menos, que si todo fuera distinto que mal día hemos tenido, que por
qué nos ha tocado vivir esto… Podemos gastar minutos, horas, días
de nuestro preciado tiempo QUEJÁNDONOS, y ¿para qué? La
respuesta es inmediata: para generar pensamientos negativos que
provocan emociones negativas como: rabia, tristeza, impotencia… y
con las que directamente contaminamos a nuestros amigos,
familiares, parejas, y conocidos con los que nos ha tocado o hemos
elegido compartir. En conclusión, una espiral de influencias negativas
sobre nosotros y sobre los demás.

Para ello, te proponemos un juego o un reto, interprétalo como te


resulte más fácil. Intentemos cambiar el ritmo de la historia, de
nuestra historia. Este acto difícil, complejo, requiere un compromiso y
acción coherente, es arremangarse y trabajar para cambiar durante
21 días que es lo que se tarda en cambiar una conducta y convertirla
en un hábito o una costumbre. Si somos animales de costumbres,
cambiemos las malas costumbres por otras más saludables. El
símbolo que te hará tomar consciencia de este cambio será una
“pulsera” que deberás colocarte en la muñeca que prefieras, y si
durante 21 días logras NO QUEJARTE te desharás de ella, porque eso
significa que habrás logrado el objetivo, si te quejas, deberás
cambiarla de mano y comenzar la cuenta desde 0, aunque hayan
pasado 17 o más días.

Dar sentido a tu existencia y mejorarla en lo posible es el reto,


llevarlo a la práctica lo convierte en un ejercicio que requiere: Valor,
consciencia, responsabilidad y perseverancia. Siempre existe la
posibilidad de resignarte y abandonar la propuesta porque crees que
no lo puedes conseguir, pero este reto te puede hacer saber que si
confías en ti, puedes lograr lo que te propongas. Cuando nos
quejamos, no cambiamos, y si siempre hacemos lo mismo, no
conseguiremos crecer personalmente y dotar de bienestar nuestra
existencia.

ADELANTE, propóntelo, vívelo y si te ha servido, reta a tu entorno y


sigue la cadena. GRACIAS.
(No debes olvidar que quejarse es un derecho adquirido. Si decides
quejarte, exprésalo. Lo importante es saber cuando y cómo hacerlo)
Rómen Hernández Díaz

PSICÓLOGO CLÍNICO Universidad de La Laguna – SC de Tenerife

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