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Haba un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

Trataba de ver quin era Jess, pero no poda a causa de la gente porque era de pequea estatura.

Todos murmuraban diciendo:

Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.


Zaqueo, puesto en pie, dijo al Seor:

Dar, Seor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraud a alguien, le devolver el cudruplo
(Lc 9, 2-10)

La pregunta que hoy se plantea al evangelio es la de la riqueza.

El personaje es Zaqueo, jefe de publicanos, y rico, en la ciudad de Jeric.

San Ambrosio sita este pasaje antes y despus del encuentro de Jess.

Antes se alzan las dificultades:


Zaqueo es de baja estatura y nadie que est atado a la tierra puede ver fcilmente a Jess. A Zaqueo la multitud no le permite ver a Jess. Cuando trascendi la ignorancia propia del hombre, mereci ver al que deseaba.

Despus del encuentro con Jess, Zaqueo :

La liberalidad no tiene valor si subsiste la injusticia.

A los crticos de su tiempo no les molesta tanto el pecado del hombre como la misericordia de Dios.

El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

El Mesas hace visible la misericordia de Dios. Con Jess ha llegado el tiempo del encuentro.

El Papa responde que

La justicia es el objeto y la medida intrnseca de toda poltica.


El Papa recoge una crtica marxista a la actividad caritativa de la Iglesia. Se dice que los pobres no necesitan caridad sino justicia.

Ahora bien,

el amor la caridadsiempre ser necesario, incluso en la sociedad mas justa.

Jos Romn Flecha Andrs


Palabra del Seor, Salamanca , Editorial.Secretariado Trinitario,2007
Presentacin:

Antonia Castro Panero

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