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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA

NACIONAL

UNIDAD 211 PUEBLA

SUBCENTRO ZACATLÁN

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

CAMPO FORMACIÓN DOCENTE EN EL ÁMBITO


REGIONAL: LÍNEA EDUCATIVA

SEGUNDO SEMESTRE

ENFOQUES SOBRE LA FORMACIÓN DOCENTE

MTRO. RAFAEL SAN PEDRO

ENSAYO

“LA FORMACIÓN DOCENTE Y LAS POLÍTICAS

EDUCATIVAS”
POR: LAURA MURILLO OLAYO

LA FORMACIÓN DOCENTE Y LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS

Introducción

La educación es un derecho fundamental que se ha manifestado en la movilidad


social como un elemento de la política, que le da un lugar privilegiado con el cual
se busca la redención y la salvación de nuestro país, olvidándose de otras
órdenes de la realidad: la política económica y la estructuración de un orden
político más justo y participativo.

Los maestros se han formado a través del tiempo en base a las políticas
existentes y de conveniencia para el gobierno participativo en turno, con lo que los
maestros se sienten coparticipes de una educación de Estado que los ha hecho
profundamente orgullosos de ser portadores de un logro Revolucionario que
establece la educación en nuestra Constitución Mexicana en el artículo 3º.
Fundamentado la educación pública, laica y gratuita.

Los maestros formados en las escuelas normales, son producto de un pasado,


cuyas raíces estaban en la Revolución mexicana y sirvieron indudablemente a la
construcción del poder que se estaba construyendo, las formas que adquirió éste
poder en México: centralización, corporativismo y partido hegemónico; permitieron
el control político y la gobernabilidad que dio estabilidad por cerca de 70 años a
nuestra nación y permitió la acumulación de capitales y riqueza necesarios que
sirvieron de base para construir una sociedad de mercado, con el apoyo del uso y
abuso del Estado. Sin este apoyo, es decir, sin la política económica
instrumentada por el Estado mexicano y avalada por los organismos
internacionales, no se puede entender el origen de la mayoría de los capitales que
hoy controlan el poder económico y que son los beneficiarios directos, casi únicos,
de los tratados de libre comercio y de la globalización.

La formación docente

Los modelos y tendencias predominan en el contexto de necesidades de la


profesionalización docente, con sus dimensiones del quehacer, donde
entendemos como "formación docente" a las funciones de formación inicial,
actualización, superación, capacitación y nivelación de docentes. Todo esto que
nos involucra en ese proceso característico que va pasando en una serie de
etapas con la adquisición de conocimiento y el desarrollo de habilidades, sin
terminar ese proceso cuando el alumno obtiene su título sino que debe de
continuar con una gran labor a través de su profesión. Un profesor necesita estar
siempre abierto a los retos y hallazgos que encuentra en el camino profesional, y a
la vez, estar dispuesto a examinar y perfeccionar sus metas y sus técnicas en
cada año escolar y con cada grupo nuevo de estudiantes.

Modelos y tendencias

Cada modelo teórico de formación docente articula concepciones acerca de


educación, enseñanza, aprendizaje, y las reciprocas interacciones que afectan o
determinan, permitiendo una visión totalizadora del objeto.1

1. El modelo practico artesanal. Concibe la enseñanza como actividad


artesanal. El conocimiento profesional se trasmite de generación en
generación y es el producto de un largo proceso de adaptación a la escuela
y a su función socializadora.
2. El modelo academicista. Especifica que lo esencial de un docente es su
sólido conocimiento de la disciplina de enseñar. El docente no necesita el
conocimiento de experto sino las competencias requeridas para trasmitir el
guión elaborado por otros, como un locutor hábil.
3. El modelo técnicista eficientista. El profesor es un técnico, su labor consiste
en bajar a la práctica, de manera simplificada el curriculum prescrito por
expertos externos en torno a objetivos de conducta y medición de
rendimientos. El docente no necesita dominar la lógica del conocimiento
científico, sino las técnicas de transmisión.

4. El modelo hermenéutico reflexivo. El docente debe enfrentar, con sabiduría


y creatividad las practicas que requieren resoluciones inmediatas para las
que no sirven reglas ni recetas de la cultura escolar. Vincula lo emocional
con la indagación de la teoría. Intenta reflexionar y comprender con
herramientas conceptuales y vuelve a la práctica y la modifica.2

La formación docente en México

1
Arredondo, M., Uribe, M. Y Wuest, T., “Notas para un modelo de docencia”. En
Arredondo, M. y Díaz Barriga, A. (compiladores) Formación pedagógica de
profesores universitarios. Teorías y experiencias en México. Universidad Nacional
Autónoma de México. 1989.

2
Liston, D. P. Y Zeichner, K., Formación del profesorado y condiciones sociales de
escolarización. Madrid. Morata. 1993.
A lo largo de la historia de la formación de docentes en México, se ha transitado
por diversas maneras de plasmar acciones de dicha formación; esto ha ocurrido
en concordancia no sólo con las tendencias vigentes en cada época en los
diversos países del mundo, sino sobre todo con lo que determinados grupos
sociales que asumen el rol del maestro.
Así, nos encontramos con épocas en las que el docente se concibe sobre todo
como vigilante de las nuevas generaciones que aprenden y respeten las normas y
estilos de conducta considerados como aceptables; con la importancia de que el
docente sepa cómo hacer para que los alumnos alcancen ciertos aprendizajes;
que sepa qué enseñar; que tiene que ser un crítico capaz de fundamentar
teóricamente lo que debe hacer; que se ha concebido la docencia como tarea
íntima y necesariamente vinculada con la investigación necesaria para el
desarrollo e la educación.
Haciendo referencia a los programas de formación inicial de docentes que se
ofrecen en las escuelas normales, es posible identificar en las últimas décadas el
paso del énfasis en el cómo hacer que llevó a los planes de estudio a tener su eje
en la técnica de la enseñanza, al énfasis en qué y cómo hacerlo que se vio
plasmado en cursos sobre las diversas disciplinas "y su didáctica", sucesivamente
al énfasis en el por qué hacerlo y cómo generar las acciones conducentes que se
reflejó en el intento de acentuar la formación teórica y la de docentes-
investigadores, hasta el momento actual en que los nuevos planes y programas de
estudio (1997) parecen poner el énfasis en un perfil del docente centrado en
cuáles competencias le permitirán responder ampliamente a los propósitos
educativos del nivel en que ejercerá la docencia.3

Encargados de la formación docente

Las escuelas normales, sus organismos de actualización y sus instituciones


directivas y normativas: las Misiones culturales, las normales rurales, el Instituto
Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), la Dirección General de
Educación Normal (DGEN) y posteriormente la unión de estas últimas en la
Dirección General de Educación Normal y Actualización del Magisterio (DGENAM)
fueron actores destacados de ese proceso, con sus euforias y dramas, con sus
triunfos y errores.

Varios de los proyectos e instituciones forjadas para la formación y capacitación


del docente se han convertido en programas masivos y laxos de capacitación y
mejoramiento profesional del magisterio en servicio; casos notables como IFCM, la
ESEM y la UPN.

En el Sistema Educativo Mexicano, las escuelas normales han desempeñado y


siguen desempeñando un papel importante en el desarrollo cultural del país.
Históricamente, las escuelas normales han cumplido la función de “formar”

3
María Guadalupe Moreno Bayardo: Coordinadora de Formación y Actualización de Docentes de
la Secretaría de Educación Jalisco. Profesora Investigadora de la Universidad de Guadalajara.
profesores de educación básica, sin embargo, esas escuelas no han sido capaces
de ofrecer a, quienes se forman como profesores, la posibilidad de que puedan
pensar y hacerlo críticamente, pues sólo capacitan para aplicar técnicas de la
enseñanza. La formación de los profesores está dominada por un discurso de tipo
gerencial y administrativo, en el cual se busca la eficacia y el control. Ante estas
circunstancias y, sobre todo si se quiere transformar a los profesores, se debe
proponer un discurso mediante el cual sea posible formarlos pedagógicamente
para que ellos estén en posibilidades de interpretar críticamente la realidad que les
circunda y, desde luego, su función educativa.

La realidad nos dice que en México la formación docente es un gran reto y que los
actores con responsabilidad hasta ahora no le han reconocido la importancia que
tiene. Los maestros son empleados del Estado para cumplir una función y un fin
que exige un cierto margen de libertad en la elección de los medios y la
interpretación de los fines generales y específicos de la organización escolar.
Además los maestros tienen una organización sindical que reclama para sí el
manejo del monopolio del ejercicio y la dirección de la profesión, así como todas
las actividades políticas, administrativas y técnicas que tiene que ver con su
realización. Otro problema al que se enfrenta es la búsqueda de la identidad
profesional del magisterio que ha sido constante y ha tratado de afirmarse desde
diferentes puntos, pero sobre todo frente a ellos y los diversos grupos de actores e
instituciones.

En este contexto, los maestros que actualmente se encuentran en formación en


las escuelas normales, concretamente en las de México, aún con las recientes
propuestas incluidas en la línea de desarrollo de transformación curricular del
Programa de Transformación y Fortalecimiento Académicos de las Escuelas
Normales implementado a partir de 1996, no han podido recibir una preparación
que responda a las necesidades que plantea la revuelta de la modernización de
los medios de enseñanza y de consulta globalizados concentrados en los
sistemas satelitales de comunicación.

Los alumnos de las escuelas normales, históricamente se han distinguido, en lo


general, por ser de clase baja a clase media, lo que ha originado por tradición
que la formación docente sea una carrera no elitista, razón por la cual es difícil
pensar que las deficiencias tecnológicas que tienen las escuelas puedan ser
resarcidas por los diferentes ámbitos familiares de los estudiantes.

La política educativa

Las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales de México han


cambiado y siguen cambiando, y lo mismo sucede con la imagen y la práctica
profesional del profesor, ahora ya no se requiere del profesor que solamente
enseñe a leer, escribir y contar, sino de uno que pueda contribuir a la formación de
sujetos que piensen. Los gobiernos no toman en serio la educación, pues no es un
asunto prioritario para ellos, más bien, como dice Ernesto Meneses, los gobiernos
usan a la educación “en diversas jugadas políticas, necesarias para sus fines
secretos.” ( LATAPÍ; 1988: 35).

Aún cuando la formación de profesores de educación básica es tarea del Estado y


una función de las escuelas normales, no existen políticas para la formación de
éstos, es decir, no existen políticas de Estado sino de gobierno, que responden
más a motivos de control político por parte del gobierno, incluido en él el grupo
dirigente del CEN del SNTE.

Las reformas educativas llevadas a cabo en México han respondido más a


problemas políticos que a cuestiones pedagógicas. En este marco, el CEN del
SNTE ha jugado un papel importante, dentro de la SEP y sus direcciones
generales en los estados, mediante el control de muchos puestos de mando, que
generó una doble confusión de atribuciones y de personas. Con frecuencia es
imposible distinguir si los asuntos que se discuten son sindicales, laborales o
estrictamente educativos.

Las políticas sexenales no han sido las correctas para la educación, y peor todavía
cuando el destino de la educación se marca por los periodos de los secretarios de
Educación Pública, como sucedió en las tres décadas analizadas durante las
cuales, en cinco sexenios presidenciales hubieron once secretarios de Educación
de los cuales, cuatro corresponden al sexenio de Salinas de Gortari: Manuel
Bartlet Díaz, Ernesto Zedillo Ponce de León, Fernando Solana Morales y José
Ángel Pescador Osuna. Las políticas de gobierno han perjudicado a la educación
y a la formación de los profesores al no haber continuidad de un sexenio a otro,
haciendo cambios sin que se realizara ninguna evaluación previa.

Líneas estratégicas para el desarrollo profesional y humano de los docentes

Existen propuestas por los postulados de la sociología de las profesiones,


definiendo la profesionalización como “la expresión de la especificidad de la
actuación de los profesores en la práctica; es decir, el conjunto de actuaciones,
destrezas, conocimientos, actitudes, valores ligados a ellas, que constituyen lo
especifico de ser profesor”4.

1. La obligación moral: el compromiso ético que implica la docencia y que la sitúa


por encima de cualquier obligación contractual que pueda establecerse en la
definición del empleo. El profesor está obligado al desarrollo, en cuantas personas
humanas libres, de todos sus alumnos.

2. El compromiso con la comunidad: la educación no es un problema de la vida


privada de los profesores, sino una ocupación socialmente encomendada y que lo

4
Gimeno Sácristan, J., Docencia y cultura escolar. Reformas y modelo educativo.
Lugar Editorial – Instituto de estudios y Acción Social. Buenos Aires. 1997.
responsabiliza públicamente. Aquí, se plantea el conflicto entre la autonomía del
docente y su responsabilidad ante la sociedad.

3. La competencia profesional: entendida como un dominio de conocimientos,


habilidades y técnicas articuladas desde la conciencia del sentido y de las
consecuencias de la propia práctica docente. Por ello, la reflexión y análisis de
esta constituye un eje estructurante de la formación y profesionalización de los
profesores, de acuerdo con los postulados de tendencia hermenéutico-reflexiva.

Conclusión

En México la formación docente es un gran reto y los actores con


responsabilidad hasta ahora no le han reconocido la importancia que
tiene. Hay una enorme responsabilidad histórica por el desdeño al
maestro real, tanto por parte de las autoridades, que lo han tratado
como mero repetidor, franquiciatario, operario del proceso educativo,
como por parte del sindicato, que le ha hecho sentir que sólo vale en
medio de la masa informe, haciendo número y bulto en una vociferante
marea, esperando que alguien lo mire, le pase lista y lo promueva en un
sistema denigrante y extralegal de complicidades y obediencias serviles.

Las actuales modalidades que han tomado actualmente, las evaluaciones del
rendimiento de los maestros, constituyen un elevado común de las recientes
políticas educativas, ante el impulso para transformar desde la propuesta
neoliberal, el sistema educativo se instaura con nueva políticas de competividad,
el cual provoca un cambio significativo para los docentes, en donde se les exige
mayor preparación y capacitación para lograr altos niveles de eficiencia sin tomar
en cuenta los problemas reales a los que se debe de enfrentar la educación.

El desarrollo profesional docente es un concepto integral, que recupera para los


maestros la necesidad de políticas, estrategias y acciones que garanticen su
aprendizaje a lo largo de toda su vida profesional. Que se miren y sean mirados
como sujetos de aprendizaje permanente, como protagonistas de una profesión en
constante construcción. Parte de un enfoque renovado del ser docente que tiene
como sentido y misión el aprendizaje de los estudiantes y al mismo tiempo un
espacio de construcción y reconstrucción como sujeto y como colectivo social en
sí mismo. La formación docente se sustenta en el aprendizaje permanente para
fortalecer el oficio de enseñar, para tener la capacidad de ejercer la profesión
docente, ser reconocido y sentirse un profesional de la educación.
Bibliografía

Arnaut, Alberto. 1996 Historia de una profesión. Biblioteca del Normalista. México

Arredondo, M., Uribe, M. Y Wuest, T., “Notas para un modelo de docencia”. En


Arredondo, M. y Díaz Barriga, A. (compiladores) Formación pedagógica de
profesores universitarios. Teorías y experiencias en México. Universidad Nacional
Autónoma de México. 1989.

Gimeno Sácristan, J., Docencia y cultura escolar. Reformas y modelo educativo.


Lugar Editorial – Instituto de estudios y Acción Social. Buenos Aires. 1997.

Latapí, Sarre, (1980) Políticas Educativas y Valores Nacionales, Nueva imagen.


México

Listón, D. P. Y Zeichner, K., Formación del profesorado y condiciones sociales de


escolarización. Madrid. Morata. 1993.

María Guadalupe Moreno Bayardo: Coordinadora de Formación y Actualización de


Docentes de la Secretaría de Educación Jalisco. Profesora Investigadora de la
Universidad de Guadalajara

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