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COMO SE INSTAL LA GATA DENTRO DE LA CHOZA

Haba una vez una gata salvaje que viva sola en el matorral. Cuando al cabo de un tiempo se cans de vivir solita y se cas con otro gato salvaje que, a sus ojos, era la criatura ms fantstica de la selva. Paseaban juntos cierto da por un sendero entre la hierba alta, cuando, zas!, de la pradera sali de un brinco el Leopardo, y peg un revolcn al marido de la Gata, que se cayo en el suelo. -Vaya!- dijo la Gata, ahora comprendo que la criatura ms fantstica de la selva no es el gato, sino el Leopardo -y la Gata se fue a vivir con el Leopardo. Vivieron juntos muy felices, hasta que un da, cuando cazaban en el matorral, de pronto, catapn!, de entre las sombras sali el Len, aterriz en el lomo del Leopardo y se lo comi. -Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura ms fantstica de la selva no es el Leopardo sino el Len. Y la Gata se march a vivir con el Len. Vivieron juntos muy felices hasta que un da, cuando espiaban a sus presas en el bosque, una figura enorme se pas sobre ellos y, fu-chu!, el Elefante plant su pata sobre el Len y lo dej planchado. -Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura ms fantstica de la selva no es el Len sino el Elefante. As pues, la Gata se fue a vivir con el Elefante. Suba a su lomo y se acomodaba ronroneando en su cuello, justo entre las orejas. Vivieron juntos muy felices, hasta que un da, cuando paseaba entre los plataneros, pa-wa!, se oy un fuerte ruido y el Elefante se desplom en la tierra. Al mirar a su alrededor, la Gata slo alcanz a ver a un hombrecillo con una escopeta. -Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura ms fantstica de la selva no es el Elefante sino el Hombre. Y, as, la Gata se ech a andar detrs del Hombre y, al llegar a su casa, se subi de un salto al tejado de paja de la choza. -Por fin he encontrado a la criatura ms fantstica de toda la selva.

Vivi felizmente en el tejado de la choza y comenz a atrapar a los ratones y las ratas de la aldea. Hasta que un da, mientras se calentaba al sol sobre la choza, oy ruidos que vena de dentro de la choza. Las voces del Hombre y de su esposa fueron subiendo de volumen poco a poco hasta que wara-wara-wara...yo-ui!, por la puerta sali despedido el hombre y aterriz en el polvo. -Conque s, eh? -dijo la Gata-. Ahora s quin es de verdad la criatura ms fantstica de la selva: la Mujer. La Gata bajo del tejado de paja, entr en la choza, y all ha seguido instalada desde entonces."

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