Está en la página 1de 3

PROYECTO DE PILEO DANIEL FELIPE BUITRAGO MOLINA

EL MUECO DE NIEVE Haba dejado de nevar y los nios, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recin formada. La hija del herrero, tomando puados de nieve con sus manitas hbiles, se entrego a la tarea de moldearla. Har un mueco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo. Le salio un niito precioso, redondo, con ojos de carbn y un botn rojo por boca. La pequea estaba entusiasmada con su obra y convirti al mueco en su inseparable compaero durante los tristes das de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba... Pero pronto los das empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas calidos... El mueco se fundi sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botn rojo. La nia lloro con desconsuelo.

Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran leccin: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazn en cosas perecederas.

NUEZ DE ORO La linda Maria, hija del guardabosques, encontr un da una nuez de oro en medio del sendero. -Veo que has encontrado mi nuez. Devulvemela -dijo una voz a su espalda. Mara se volvi en redondo y fue a encontrarse frente a un ser diminuto, flaco, vestido con jubn carmes y un puntia-gudo gorro. Podra haber sido un nio por el tamao, pero por la astucia de su rostro comprendi la nia que se trataba de un duendecillo. -Vamos, devuelve la nuez a su dueo, el Duende de la Floresta -insisti, inclinndose con burla. -Te la devolver si sabes cuantos pliegues tiene en la corteza. De lo contrario me la quedar, la vender y podr comprar ropas para los nios pobres, porque el invierno es muy crudo. -Djame pensar..., tiene mil ciento y un pliegues! Mara los cont. El duendecillo no se haba equivocado! Con lgrimas en los ojos, le alarg la nuez. Gurdala -le dijo entonces el duende-: tu generosidad me ha conmovido.

Cuando necesites algo, pdeselo a la nuez de oro. Sin ms, el duendecillo desapareci. Misteriosamente, la nuez de oro procuraba ropas y alimentos para todos los pobres de la comarca. Y como Mara nunca se separaba de ella, en adelante la llamaron con el encantador nombre de 'Nuez de Oro".

También podría gustarte