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Eufemismos de RuGI
Isaac Ruiz Guerra.

Ver 0.8

Estos textos se escribieron para kappa-8.com y ahora los agrupo en este

documento como ejercicio literario y de “difusión”.

Son textos que recopilan algunas experiencias en el pasado lustro de mi vida

laboral.

Estoy seguro que si te identificas con alguna de estas historias sabrás tomarle el
lado divertido :)

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Documento distribuido bajo la siguiente licencia:

Atribución – No comercial-Licenciamiento recíproco 2.5 México

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Contenido
Aforismos laborales I......................................................................................................................4
Aforismos laborales II.....................................................................................................................5
Aforismos laborales III....................................................................................................................6
Kappa-8 Zone I................................................................................................................................7
Reflexiones de un consultor I. El trauma inicial..............................................................................8

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Aforismos laborales I
“En todos los lugares de trabajo, ya sea por el giro del lugar o por las personas que en él
laboran, se crea un vocabulario endémico; palabras, frases, oraciones completas que
sirven de aforismos triviales, motivacionales o hasta amenazantes.

He aquí un ejemplo de ellos.”

Lo pongo sobre la mesa.

Recuerdo que en uno de los primeros proyectos en los que estuve el project manager tenia
ciertas frases que ocupaba como semáforos para indicarnos la gravedad de un problema;
cuando nos quería transmitir que estaba realmente enojado por nuestro desempeño en
alguna tarea, finalizaba diciendo:

“Pues, sólo te lo pongo sobre la mesa.”

Al escuchar eso todo el equipo de desarrollo temblábamos de preocupación, en ese

entonces, todos éramos recién egresados y esa frase, nos parecía, servía de presagio para
que una cabeza rodara.

El PM, era una persona corpulenta, al menos unos 110 kg de peso, toda una pared andante!

Quizá por cuestiones obscuras, la frase mutó en nuestras mentes a tal grado de que un día
todos juramos que en lugar de “Lo pongo sobre la mesa“, escuchamos…. “Te pongo sobre
la mesa.”

Y como en la mente de todo mexicano existe un gen de la lucha libre, todos nos
imaginábamos al PM colocándonos en una mesa subiendo la tercera cuerda y lanzarse cual
guerrero vengador sobre alguno de nosotros.

Desde ese entonces, cuando escuchábamos la frase se creaba una mezcla de miedo y humor
en nuestras mentes; escondíamos las miradas para no cruzarla con algún compañero y
explotar de risa, y digo humor pues nos imaginábamos al PM con traje de luchador
subiendo con esfuerzo, pero mucha decisión, sobre la tercera cuerda en la arena México, y
miedo al pensar que éramos nosotros a los que había “puesto sobre la mesa“.

Así que, para su reflexión…..ahí se los pongo sobre la mesa.

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Aforismos laborales II
“En todos los lugares de trabajo, ya sea por el giro del lugar o por las personas que en él
laboran, se crea un vocabulario endémico; palabras, frases, oraciones completas que
sirven de aforismos triviales, motivacionales o hasta amenazantes.

He aquí un ejemplo de ellos.”

Es un if.

Hace ya más de 3 de años, por distintos motivos, me tocó compartir el espacio laboral con
otro equipo de trabajo, el cual era liderado por una persona que se empeñaba a reducir la
solución de cualquier requerimiento nuevo en una sola frase: “Es un if” decía, siempre
imperiosamente.

No importaba si el requerimiento fuera en la capa de datos, en la intermedia o en la de

presentación, todo era “un if“.

Un día, después de comentar un requerimiento, el equipo de desarrollo lo reviso bien y se

dieron cuenta que el requerimiento era realmente muy complejo e implicaba un esfuerzo
muy grande. Decidieron pues, llamar al líder y enterarlo de la situación.

Al escuchar lo complejo del requerimiento, todos aprovecharon para hacer que se retractara
de sus palabras y se diera cuenta que, no todo era “un if“.

Y entonces, ocurrió; un valiente se atrevió a preguntar…”Sr., ¿Es un if?“.

El líder, estoicamente guardó unos segundos de silencio, y sin inmutarse, dijo:

“¡NO!, ¡claro que no es un if!”

Dicho esto, esgrimo con aplomo lo siguiente:

“Es un if anidado”.

Me pregunto, ¿Que se necesitaría para llegar a un switch?

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Aforismos laborales III

“En todos los lugares de trabajo, ya sea por el giro del lugar o por las personas que en él
laboran, se crea un vocabulario endémico; palabras, frases, oraciones completas que
sirven de aforismos triviales, motivacionales o hasta amenazantes.

He aquí un ejemplo de ellos.”

Y te voy a decir porque.

No sé si se debía a consejos de algún curso para la toma de decisiones gerenciales, pero esa
era la frase del PM cuando nos quería explicar que algo que habíamos hecho no estaba del
todo bien.

“Sí, sí… entiendo, y está bien. Utilizar ese framework esta bien {dos segundos de
incertidumbre cuántica}, pero, creo que es mejor cámbialo por este otro, es un cambio
necesario créeme… Y te voy a decir porque“.

“¿Para la próxima semana?, mmmm , esto puede estar para mañana …. Y te voy a decir
porque”.

“¿Dormir?, ¿necesitas dormir? te veo bien, te veo fresco, no necesitas dormir… Y te voy a
decir porque“.

“¿Te parece raro estar aquí en domingo?, no, enserio… es normal…. Y te voy a decir
porque”

Dicho esto argumentaba los motivos.

No sé mucho de psicología, entre los sueños de Jung y las cosas sexosas de Freud siempre
quedo igual: viendo girar la moneda de oro, el punto es que, a mi entender, esa frase servía
como de trampa mental, un perverso argumento para neutralizar cualquier defensa que
pudiéramos tener.

“Y te voy a decir porque”, no se ustedes, pero, como que es una frase que te tumba, te ata
las manos, te hace pensar que quien la dice tiene la razón y, de alguna manera quiere,
amablemente como un tutor cariñoso, ayudarte a entender…. cosa interesante para un PM.

Es conocido por todos que, bien utilizadas, las palabras son una sutil manera de
manipulación mental, para bien o para mal, no todas las mentes logran captar tal sutileza de
sugestión….. Y te voy a decir porque.

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Kappa-8 Zone I
Existen momentos en que los niveles de conciencia de un usuario alcanzan vibraciones de
una frecuencia tal que se crean dimensiones alternas, mundos paralelos, agujeros de
realidad, ….se crean incluso fallas en la matrix. Este fue uno de esos momentos.

Se movió sólito.

Han pasado años desde que por primera vez me toco darle mantenimiento a algo ya
“productivo”; fue la época cuando aprendí que hay días calmados que pueden ser alterados
por que una mariposa vuela en tokio :P; recuerdo bien los reclamos del usuario que llegaba
todo alterado al área de desarrollo arrojando fuego por la boca y exigiendo que el problema
fuera resuelto.

De entre todos esos días hubo uno muy especial, uno que hizo que, por fin, aceptara la
existencia de realidades alternas, de entes (quizá fuerzas) invisibles que conviven
con nosotros a cada instante.

En ese entonces era el responsable del mantenimiento de un applet que realizaba ciertas
transacciones a través de un JTable, el usuario había pedido que le quitáramos el dialogo de
confirmación de operación y así lo hicimos :P.

Un día, a medio día, llega menos alterado que de costumbre, tratando de ser amable (esto
equivaldría a querer que un toro de lidia pastoree ovejas) algo inquieto se acerca y me
dice… “el cuadrito gris ese ha fallado, ha hecho una operación que no debía“.

Un tanto consternado le dije que la única manera de realizar esa operación era haciendo
click en el botón de aceptar.

El se quedo en silencio un rato sin reducir su expresión de enojo, y dijo “Sí, así fue, el
ratón se movió solito e hizo click sobre el botón“.

¿Acaso fue un duende?, ¿Un chaneque ? ¿Un espíritu del bosque perdido en la ciudad
haciendo travesuras? ¿El mismo en un universo paralelo realizando manifestaciones de
presencia en éste universo?….. Nunca lo pude averiguar.

Sobra decir que volví a poner el cuadro de diálogo de confirmación.

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Reflexiones de un consultor I. El trauma inicial.

Llevo ya varios años en esto de la consultoría de software, es un ambiente que te incentiva
a aprender y superar frustraciones rápidamente. Son más las cosas que me agradan que
las que no. Pero, de las pocas cosas que me incomodan, existen algunas que creo debo
compartir para exorcizarlas de mi mente. Esta es una de ellas.

Siempre me emociona iniciar un proyecto, creo por eso sigo en la consultoría de software,
llegar a un nuevo lugar de trabajo, conocer a más personas, conocer un nuevo punto de la
ciudad; nuevos lugares para comer, etc, etc.

Siempre que se inicia un proyecto bajo este esquema, los primeros días son un rito que casi
siempre se repite, te presentan al que será tu supervisor directo, conoces al DBA, al
deployer, a la gente de infraestructura, etc.etc. Todo el protocolo de adaptación.

Dentro de ese rito iniciático, existe algo que, irremediablemente te pone en una situación,
al menos para mí y nunca mejor dicho, incomoda.

Y es que, si tomamos en cuenta de que la labor de un consultor puede durar desde unas
cuantas horas en un día hasta formar parte del activo fijo de la empresa a la que le sirve, se
puede quizá entender un poco este punto. Y, siempre me he considerado una persona
tolerante, como a veces digo; realmente son pocas las cosas que me pueden alterar.

Pero, señores: ¡¡¡¡ Porque nunca tienen sillas para nosotros !!!

Erick e Ivan no me dejaran mentir, pero, ya hace casi un lustro, en un proyecto en el que
coincidimos, el tema de las sillas era algo, casi de vida o muerte. Y no es para menos, estas
con ella casi todo el día XD; había varias técnicas para proteger tu silla, ponerle un candado
de bicicleta, rotularla con tu nombre o un signo obscuro (a mi me funciono ponerle la runa
sol). Simular que estaba en malas condiciones, y otras más.

Ahora que han pasado años, y perdón si con esto abro el baúl de los recuerdos a más de
uno, veo que eran situaciones que superaban lo común. Había días que, por las mañanas,
veías divagar a personas de otras áreas, o incluso otros pisos del edificio, buscando su silla.
Era hasta cierto punto trágico, sólo les faltaba gemir como a nuestra llorona, “aayyy mi
sillaaaa!!!”

Pero, como decía unas líneas arriba, creo que si nos ponemos en el lugar de las empresas,
podremos entenderlos, ya de por sí llevar sus proyectos por outsourcing puede ser un gasto
importante, como para ahora gastar en mobiliario que, además puede solo usarse un par de
semanas.

Bueno, espero nadie tome esto como una queja. Para nada es eso.

Yo por eso, ando buscando formas alternas para programar.